Europa tiene problemas para la producción de baterías para coches eléctricos
Industria
Europa pierde su buque insignia de la electrificación: EE.UU. compra su gran fábrica de baterías a precio de saldo
Bruselas habría invertido casi 10.000 millones de euros junto a un socio chino acusado de sabotearla, la planta nunca llegó a alcanzar ni el 30 % de su capacidad de producción
Bruselas ha metido al automóvil europeo en un callejón sin salida del que le va a costar salir, si es que todas las marcas son capaces de hacerlo. La ecuación del coche eléctrico ha fallado por la parte más sencilla, las baterías, y es que a día de hoy todos los fabricantes europeos de coches tienen una dependencia absoluta de las baterías chinas para poder producir coches eléctricos.
Hay que tener en cuenta que cada coche eléctrico que sale de una fábrica europea tiene que llevar dentro una batería, la verdadera alma de este tipo de vehículos, un componente que supone casi el 50 % del coste final del vehículo.
La pinza china
Aunque parezca mentira a día de hoy Europa apenas fabrica baterías desde cero, sino que se limita a ensamblar las celdas de baterías que se producen en China, un verdadero fiasco.
China produce el 50 % de baterías que se producen en el mundo
Cuando Bruselas marcó la hoja de ruta del coche eléctrico contempló una inversión ingente de dinero en compañía del Gobierno sueco para poner en marcha el buque insignia de la electrificación europea, NorthVolt, una fábrica de baterías brutal con la que satisfacer la demanda europea de prácticamente todos los fabricantes de coches.
La envidia del mundo
En aquel momento el error de Europa fue meter en el accionariado de la compañía a una empresa china, Wuxi Lead, el socio que debería tutelar el proyecto en esta nueva tecnología prácticamente desconocida para Europa.
La fábrica ubicada en Skellefte, Suecia, fue un desastre desde el principio y los operarios denunciaron que las maquinarias chinas estaba obsoleta y se rompía con facilidad, además de que al tener sus sortware en chino era absolutamente imposible que pudieran manejarla los operarios europeos, por lo que pronto se hicieron con el control de la planta los trabajadores chinos que mostraron escasa colaboración con los europeos, pues solo hablaban en mandarín.
La quiebra de Northvolt paró la planta por completo
La planta no llegó a alcanzar en ningún momento ni el 30 % de su capacidad de producción y fue declarada en quiebra a finales del año pasado, después de que marcas como BMW o Mercedes cancelaran sus millonarios contratos de compra de batería.
Adiós contratos
Tras varios intentos de China con adquirir a precio de saldo la planta, finalmente ha sido la compañía norteamericana Lytem quien se ha hecho con la fábrica en Suecia y la de Alemania, y está en negociaciones avanzadas para hacerse con la de Canadá. El acuerdo incluye también toda la propiedad intelectual de la compañía y es muy posible que la cúpula de la antigua NorthVolt sea recolocada.
La batería es la parte más cara y compleja de un coche eléctrico
Se trata de una malísima noticia para Europa, que pierde el control sobre la que iba a ser la joya de la corona del coche eléctrico, a lo que se suma el desastre financiero de la operación, aunque en el aspecto positivo hay que quedarse con la recolocación de los trabajadores y con que la planta no haya acabado en manos chinas.
Esperamos que la fábrica de baterías que la firma china CATL está construyendo junto a Stellantis en Figueruelas tenga final feliz, aunque por el momento ya han confirmado la llegada de más de 2.000 operarios chinos para ponerla en funcionamiento.