Huelgas y despidos se extienden por toda Europa

Huelgas y despidos se extienden por toda Europa

Industria

El automóvil europeo está roto, más de 100.000 despidos en los próximos dos años

La imposición del coche eléctrico le está costando muy cara al automóvil europeo que se enfrenta a una crisis estructural sin precedentes que pone en juego el tejido industrial

Todos los agentes que forman parte de la cadena de producción del automóvil europeo llevan meses avisando de la llegada de una crisis sin precedentes que puede hacer peligrar la industria europea del automóvil, un sector que supone un 7 % del PIB de la Unión Europea y emplea a 14 millones de personas.

La llegada del coche eléctrico ha obligado a los fabricantes de coches a hacer la mayor inversión de la historia en I+D, se calcula que entre fabricantes de coches y componentes habrían invertido en torno a los 250.000 millones de euros en las nuevas generaciones de coches eléctricos que están llegando tímidamente a las calles.

Despachar eléctricos

Se supone que a estas alturas de la película los fabricantes deberían estar amortizando estas inversiones salvajes ‘despachando’ coches eléctricos, de tal forma que el automóvil debería estar viviendo una segunda edad de oro.

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La realidad es que los fabricantes europeos han tenido que improvisar por el camino y alargar la vida de las generaciones de coches con motor térmico (híbrido) que aún tenían en el mercado, repercutiendo eso sí buena parte del dinero gastado en la electrificación, esta es una de las causas de que el precio de los automóviles haya subido tanto.

Los híbridos pagan la fiesta

El problema es que la mayor parte de las plantas europeas se han adaptado ya a la producción de coches eléctricos y la marcha atrás a las que les está obligando el mercado es carísima, de hecho algunos fabricantes como Renault o Stellantis están produciendo masivamente sus híbridos en España, Marruecos o Turquía mientras que hay fábricas en territorio francés paradas porque se habían dimensionado para la producción de coches eléctricos.

Una situación que ha provocado la marcha del sector más o menos voluntaria de ejecutivos como Luca de Meo (CEO Renault), Carlos Tavares (CEO Stellantis), Wayne Griffiths (CEO Seat y Cupra) o Herbert Diess (CEO Volkswagen).

La situación está provocando una destrucción del tejido industrial del automóvil, una de las situaciones más graves a las que puede enfrentarse un sector productivo, así el grupo Volkswagen ya tuvo que cerrar la planta de Bruselas en la que se producía el Audi Q8 e-tron dejando en la calle a 3.000 empleados.

Neumáticos y componentes también se ven afectadas por la crisis

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Stellantis, por su parte, ha anunciado un programa de paros en seis fábricas europeas que va a afectar a la de Madrid y Zaragoza, aunque por el momento ninguna de sus factorías estaría en el aire. Un panorama similar al que se enfrenta Renault, que ya ha llevado a cabo varios parones en sus factorías españolas y francesas.

Estos ajustes de producción son habituales y normalmente se ‘apuntan’ a la bolsa de horas de trabajo, lo que no quita que cuando son habituales suelen terminar mal. Es el inicio de un efecto dominó que afecta a toda la cadena de valor.

Efecto dominó

Los fabricantes de componentes ya han anunciado ajustes de personal masivos, ZF anticipa casi 8.000 despidos, Bosch 12.000 y Schaeffler unos 5.000, casi 30.000 empleos perdidos solo en el sector de los componentes.

Una crisis que tal y como han anticipado los fabricantes se va a llevar por delante más de 40.000 trabajadores entre Volkswagen y Audi, 3.000 en el caso de Volvo, otros tantos en el de Renault, 10.000 en el de Stellantis y una cantidad indeterminada, quizás en torno a los 4.000, en el de Ford. Las marcas de lujo tampoco se escapan y en Mercedes peligrarían unos 5.000 puestos de trabajo y 6.000 en BMW.

Las fábricas de Marruecos y Turquía son las grandes beneficiadas

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Esta situación anticipa un oscuro panorama para la economía europea, con miles de trabajadores que van a pasar a convertirse en un coste para el sistema de ayudas comunitario, pues la mayor parte de las bajas van a terminar en prejubilaciones y situaciones que va a terminar asumiendo la hucha social común.

Parece que el sector está definitivamente roto mientras la brecha abierta por los fabricantes chinos es cada vez más importante y en algunos mercados, como el español, ya aspiran a hacerse con un 20 % de cuota de mercado.

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