Susana Solís en su despacho de la Unión Europea

Susana Solís en su despacho de la Unión Europea

Entrevista

Susana Solís: «Cuando Europa es firme frente a China, Sánchez va en otra dirección. Se ha quedado solo»

El Debate entrevista en exclusiva a Susana Solís, eurodiputada del PP, una de las políticas que mejor conoce el plan de ayuda al automóvil con el que Bruselas intenta sacar de la UVI al sector alargando la vida de los coches de combustión

Tras más de dos décadas ligada al automóvil en empresas como Mercedes o Bosch, Susana Solís es una de las voces más autorizadas para hablar del nuevo plan de automoción aprobado por Bruselas y que es uno de los últimos cartuchos del sector ante la presión de China.

Un plan que supone la rectificación oficial a su programa del coche eléctrico y autoriza la venta y el uso de los coches con motor de combustión en todas sus variantes durante muchos más años, aunque con ciertas limitaciones que podrán eliminarse en la medida que los combustibles sintéticos y renovables logren realmente bajar las emisiones.

–¿Qué supone para el sector el Automotive Package que aprobó recientemente la Unión Europea?

–Supone que la Unión Europea ha rectificado, gana el sentido común. Finalmente, tal y como venimos pidiendo desde el Partido Popular, no hay una prohibición total del motor de combustión en 2035. La UE da por hecho que para conseguir la neutralidad climática tiene que haber neutralidad tecnológica y como venimos repitiendo siempre, todas las tecnologías que contribuyan a reducir emisiones son válidas. Vehículos eléctricos sí, por supuesto, pero también híbridos, híbridos enchufables, de hidrógeno o los movidos por combustibles alternativos…

Este plan para el automóvil supone que la Unión Europea ha rectificado, rectificar es de sabios, gana el sentido común...

En concreto, lo que ha hecho la Comisión es reducir el objetivo de emisiones de CO2 del 100 % al 90 % en 2035, y ese 10 % menos puede compensarse con combustibles neutros, con biocombustibles y en general con todo tipo de tecnología.

Susana Solís en una intervención durante el desarrollo del Automotive Plan

Susana Solís en una intervención durante el desarrollo del Automotive Plan

–¿Es poco un 10 % de flexibilidad?

–Es suficiente... se da flexibilidad al sector que es lo importante. Quizá para los alemanes no sea suficiente porque producen coches de alta gama, ellos necesitaban más flexibilidad, pero para los intereses de España y el tipo de coches pequeños que producimos aquí es más que suficiente.

–¿Quién está detrás de este paquete de medidas, a quién beneficia más?

–Este paquete se ha hecho de la mano de todo el sector, aunque hay una parte del Parlamento Europeo, la izquierda, que critica que la UE haya rectificado, pero la realidad es que todas las decisiones son fruto del consenso. El paquete busca el equilibrio entre la lucha contra el cambio climático y la competitividad y los empleos.

Una de las claves era no poner en riesgo los empleos, hemos sometido al sector a unas presiones enormes y las ventas de eléctricos no son las que se esperaban, las ventas de vehículos han disminuido y se matriculan menos coches que antes de la pandemia; hay que 'salvar' el automóvil europeo.

Hay una parte del Parlamento Europeo, la izquierda, que critica la rectificación que ha hecho la UE

–¿Este paquete de medidas supone una marcha atrás al coche eléctrico?

–Seguimos mandando una señal clara, la tecnología más eficiente es la eléctrica, pero se deja abierta la puerta al resto... a que todas las tecnologías compitan y convivan entre sí. Este apartado es clave para la innovación.

Es cierto que los fabricantes han hecho una inversión muy grande para la electrificación, pero no va al ritmo previsto, estamos muy por debajo, hemos provocado una Europa de dos velocidades y España va en la cola. Aquí no hay los incentivos públicos de otros países, ni los puntos de recarga, ni el apoyo público. La situación es la siguiente: las inversiones están hechas, el destino está marcado, pero tenemos que cambiar el ritmo.

Podíamos haber copiado el modelo portugués, que duplica nuestros datos a mejor, pero ahora es tarde y antes de poner en riesgo nuestra industria tenemos que rectificar.

–Los defensores del coche eléctrico y del adiós al motor de combustión anticipan una caída de ventas de coches eléctricos en torno a un 25 %...

–Esos datos vienen de organizaciones medioambientalistas, habría que preguntar al sector, que ha recibido el paquete de medidas con los brazos abiertos, el sector está pidiendo flexibilidad, los fabricantes no llegan a 2030 para cumplir los objetivos de emisiones y necesitan seguridad jurídica para seguir invirtiendo y fabricando en sus plantas. Esas afirmaciones de asociaciones medioambientales habría que contrastarlas con la realidad, no hay que ser catastrofistas.

Susana Solís conoce desde dentro el sector de la automoción y sus problemas

Susana Solís conoce desde dentro el sector de la automoción y sus problemas.

Lo que no se puede es poner la lucha contra el cambio climático por encima de la industria y de los empleos, es momento de ser pragmáticos, lo que no significa caer en negacionismos.

No se puede poner la lucha contra el cambio climático por encima de la industria y de los empleos, es momento de ser pragmáticos

–¿Por qué Pedro Sánchez ha defendido el final del coche de combustión con dos cartas a Bruselas en un mes y el mismo día de la presentación del plan lo hizo la vicepresidenta tercera Sara Aagesen? Resulta difícil de entender teniendo en cuenta que España es el segundo productor de coches de Europa y un 90 % de ellos tienen motor de combustión...

–Pedro Sánchez se ha quedado solo con Teresa Ribera, vicepresidenta primera de la Comisión Europea para la Transición, defendiendo algo que nadie puede entender. Cuando todos los países productores se han unido para presionar a la Comisión a favor de este cambio, España nunca ha apoyado.

La primera carta de Sánchez a Bruselas pidiendo el fin de la combustión estaba firmada también por Francia, pero es que España y Francia no parten de la misma situación: en Francia la electrificación está mucho más avanzada, venden muchos más eléctricos, Pedro Sánchez, en vez de defender el mercado español y la industria española ha optado por otros intereses y se ha quedado solo.

Pedro Sánchez, en vez de defender el mercado español y la industria española ha optado por otros intereses y se ha quedado solo

–¿Por qué lo ha hecho? ¿Qué intereses le mueven?

–Sectarismo, lo hemos visto también en España con otras decisiones que ha tomado, por ejemplo, con las nucleares. Siempre va en la otra dirección que marca Europa. ¿Intereses chinos? Lo cierto es que cuando Europa es firme frente a China, Pedro Sánchez siempre va en otra dirección.

También hay que tener en cuenta a sus socios de Gobierno en España, sectarismo ideológico. La realidad es que no tiene ninguna influencia, nadie cuenta con él en la Unión Europea y parece ser que en la Comisión Europea tampoco si tenemos en cuenta el paquete que acabamos de aprobar.

Siendo un país productor de automóviles como somos, un sector del que dependen millones de puestos de trabajo, es lamentable que no se ponga del lado del sector y que vaya con esta guerra por su cuenta.

Una de las claves ha sido no poner en riesgo los empleos, hemos sometido al sector a unas presiones enormes y las ventas de eléctricos no son las que se esperaban...

–Pero es que es muy llamativo; si el 90 % de los coches que se producen en España tienen motor de combustión, ¿cómo es posible ir en contra de ellos…?

–Para Sánchez el papel lo aguanta todo, pero la realidad es otra. La realidad es que puedes preguntarle a un ciudadano español si puede comprarse un eléctrico y la respuesta es no, aunque saben que el plan previsto es imposible, tira hacia delante…

–¿Cómo afecta este paquete de medidas al plan industrial español, porque aquí tenemos dos fábricas de baterías en construcción?

–Pues muy bien, porque hay un apartado de suma importancia dentro del paquete de medidas que pone en marcha la producción de un coche eléctrico europeo de 4,2 metros de largo y bajo coste; y ahí entra España, pues estos coches serán eléctricos y las fábricas de baterías españolas van a producir este tipo de baterías.

Si tenemos en cuenta el paquete de medidas que acaba de aprobar Bruselas, Sánchez no tiene ninguna influencia, nadie cuenta con él en la Unión Europea

Europa quiere recuperar el segmento de coches pequeños, urbanos, y España tiene un papel muy importante ahí. Coches por debajo de los 15.000 euros. Actualmente, solo hay un coche encuadrado aquí y en su momento llegó a haber 50, se trata de que haya muchos más y de que los compradores puedan acceder a ellos.

Susana Solís fue eurodiputada primero con Ciudadanos y ahora con el PP

Susana Solís fue eurodiputada primero con Ciudadanos y ahora con el PP

Este coche va a ser fundamental para acelerar la electrificación a precios asequibles y darle salida a esas fábricas de baterías. Nosotros decimos que es el coche de las tres es: económico, eléctrico y español.

Hay que tener en cuenta que hemos dejado de fabricar estos coches porque la sobrerregulación ha empujado a producir coches más caros, más pesados y más grandes, pero esta nueva categoría puede ser una oportunidad enorme para España y para recuperar ese mercado, coches que se venden tanto en España como fuera.

–¿Cuándo puede decir algo más concreto Europa acerca de este nuevo coche urbano?

–Esto está dentro de un paquete ómnibus que apuesta por la simplificación y reducción de la carga administrativa. Esto molesta mucho a ciertos segmentos europeos que dicen que lo que queremos es desregular. Lo que queremos es reducir cargas administrativas para que nuestros ingenieros se dediquen a innovar en los vehículos del futuro y no a hacer cumplimiento normativo.

Europa aprobará la construcción de un utilitario eléctrico y barato, es el coche de las tres es: económico, eléctrico y español

Quedan también claves por definir como que es un coche bajo en emisiones, un combustible bajo en emisiones...

El paquete incluye también un reglamento de flotas corporativas, pero ahora tiene que pasar un proceso legislativo en el Parlamento, un proceso que puede llevar hasta un año.

Lo que le pediría a los eurodiputados españoles es que nos unamos para tener una propuesta fuerte que defienda nuestra industria española, porque los alemanes lo hacen muy bien.

–¿Es cierto que esta decisión aleja a Europa de la primera división tecnológica mundial?

–Es una propuesta muy completa, pues incluye cláusulas para que eso no ocurra. El futuro es eléctrico y hoy estamos inundados por coches eléctricos chinos y en Europa tenemos que producir esos coches. No hablamos solo de coches eléctricos, sino también de coches autónomos. Pero primero necesitamos dar una salida al sector ahora, de aquí a 2030, que es cuando los fabricantes no pueden cumplir.

En paralelo se aprueba también un paquete de 1.800 millones de euros para la producción de baterías, un paquete que se basa en fomentar el made in Europe, hay que volver a producir los coches en Europa. No nos olvidemos de que de ello dependen también muchas pymes, fabricantes de componentes… no solo las grandes plantas.

–¿Con esta medida pierden un poco de sentido los aranceles al coche eléctrico chino?

–Los aranceles son una medida que no se debe tomar habitualmente, es la última opción. En este caso, la Unión Europea ha necesitado regular el tráfico en una carretera donde circulaban coches a toda velocidad en una sola dirección: coches eléctricos baratos de China a Europa. Y por eso ha abierto investigaciones comerciales y ha implementado medidas de defensa comercial para igualar las condiciones del mercado, siempre respetando las normas de la OMC.

Nuestra intención dentro de Europa es pasar de prohibiciones a incentivos. No estamos hablando de proteccionismo, simplemente, estamos hablando de crear las condiciones para que Europa vuelva a ser competitiva y recuperemos un sector que nunca deberíamos haber perdido, la cadena de valor del coche eléctrico tiene que estar en Europa.

Los políticos no tenemos que definir cuál es la tecnología del futuro, tiene que ser el mercado y la innovación quien decida cuál es la tecnología más eficiente. Ahora mismo es la eléctrica... pero en el futuro puede ser cualquier otra.

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