La fábrica de Italia que tiene un circuito de competición en su azotea

El edificio Lingotto de Turín es mucho más que una antigua fábrica de automóviles; es un icono de la arquitectura industrial, además de ser un referente en la innovación de Fiat. Caracterizado por su circuito de pruebas ovalado situado en la azotea, rompe con lo establecido, siendo sin duda una solución ingeniosa que integró la logística en el diseño del edificio.

Inaugurado en 1923 bajo el diseño del arquitecto Giacomo Mattè-Trucco, el Lingotto fue concebido como una «factoría vertical». En esta ocasión ha sido lugar de pruebas para el nuevo Fiat 500 hybrid que apuesta por el sistema City car totalmente eléctrico.

La producción del nuevo 500 Hybrid comenzó oficialmente en noviembre en la planta Carrozzerie Mirafiori de Turín, con un objetivo de 5.000 unidades para finales de año. A pleno rendimiento, se espera que la planta establezca su producción anual en unas 100.000 unidades.

La conducción es ágil, amena, divertida; con buena visibilidad de los elementos del salpicadero y materiales suaves y agradables al tacto. El diseño es puramente italiano. No hace falta agregar, por tanto, nada más. O, quizás sí: está disponible en dos colores: el «Ocean Green» y el «Yellow Gold». No resulta sencillo decantarse por uno de ellos. Ambos parecen nacidos para este 500.

Este circuito cuenta con dos impresionantes curvas peraltadas de 180 grados, no era un mero adorno, sino la estación final obligatoria, donde sigue siendo el lugar donde cada coche Fiat se probaba a alta velocidad antes de ser considerado apto para la venta.

La mítica pista, que en su día resonó con el rugido de los motores, ha sido inteligentemente restaurada y reconvertida en «La Pista 500», uno de los jardines colgantes más grandes de Europa, honrando su legado mientras se adapta a un futuro más verde. El Lingotto es, en esencia, un museo vivo de la historia automotriz italiana.