Maurizio Costanzo (1938-20239
Presentador de éxito, masón arrepentido y superviviente de un atentado mafioso
Revolucionó la comunicación política en Italia con su talk show, mantuvo una relación compleja con Berlusconi y se redimió de su pasado en la P2 con un sincero compromiso contra Cosa Nostra
Nació el 28 de agosto en Roma (Italia) y falleció en la misma ciudad el 24 de febrero de 2023
Maurizio Costanzo De Toni
Practicó todos los registros del periodismo, destacando en la pequeña pantalla: la televisión italiana en abierto ya no será la misma sin él.
Maurizio Costanzo, contable de formación, supo interpretar, con carácter anticipado, los signos mediáticos de los tiempos al tomar conciencia, desde mediados de los setenta, del potencial televisivo de una información política que combinase la popularidad con el rigor. Empezó con Bontá loro, si bien fue Maurizio Costanzo Show quien hizo de su presentador un personaje ineludible de la vida pública italiana.
La fórmula intercalaba, siempre en directo, canciones de moda con entrevistas a ministros y líderes de la oposición. Los políticos, inicialmente reacios a prestarse al juego de Costanzo, terminaron haciendo cola para ser invitados al programa, donde podían coincidir, por ejemplo, con Al Bano, pero también, a modo de rigor intelectual, con Indro Montanelli o Eugenio Scalfari.
Maurizio Costanzo Show se emitió durante años en el canal Rete 4, propiedad de un Silvio Berlusconi con el que Costanzo mantuvo una relación compleja. Convocado por Il Cavaliere a principios de 1994 a su residencia privada de Arcore en compañía de un reducido grupo de personalidades, el presentador oyó de boca del magnate de los medios su decisión de meterse en política. Costanzo no se anduvo por las ramas e inmediatamente confesó a Berlusconi que nunca le apoyaría públicamente, pero tampoco hablaría mal de él. Cumplió con creces su promesa.
Mas no siempre hizo Costanzo un uso adecuado de su condición de miembro –su carnet indicaba el número 1819– con el grado de maestro, de la logia masónica P2, cuya existencia, una vez revelada, sacudió los cimientos del establishment italiano. En su caso, casi se lleva por delante su carrera.
Más por su torpeza que por la militancia en sí: empezó negando rotundamente su pertenencia a la logia; al poco tiempo, afirmó haber sido inscrito en la logia sin su conocimiento; al final admitió todo y, en una entrevista concedida a Il Corriere Della Sera, contribuyó a la deflagración político-mediática detallando la influencia de la P2 en la línea editorial de la ilustre cabecera, de la que la logia, a través del controvertido banquero Roberto Calvi, llegó a controlar un importante paquete de acciones.
El firme compromiso de Costanzo contra la mafia, de modo especial la siciliana Cosa Nostra, ayudó a restañar definitivamente su fama. Amigo personal del juez asesinado Giovanni Falcone, en la primavera de 1993 se alegró públicamente de la detención del capo dei capi y comanditario del crimen, Salvatore «Totó» Riina. La venganza no se hizo esperar: el 14 de mayo, mientras circulaba en automóvil por la romana Vía Fauro, en compañía de su entonces novia –y años después su cuarta esposa– la también presentadora María De Filippi, explotó un coche bomba. Costanzo, De Filippi, el chófer y los escoltas debieron su vida a un error en la detonación a distancia. Todos salieron ilesos.
Costanzo se consideró desde aquel momento como un superviviente «de milagro» y retomó sus actividades: la presentación del programa, faltaría más, pero también la elaboración de guiones de obras teatrales y, entre 2021 y 2022, la dirección de comunicación de la Roma, su club de siempre. Costanzo, un polifacético al que nunca se le pasó por la cabeza jubilarse.
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