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El ingeniero Octavio Alberola Suriñach

El ingeniero Octavio Alberola SuriñachEFE

Octavio Alberola (1928-2025)

El magnicida que quiso ser y no fue

En nombre del anarquismo libertario intentó asesinar dos veces a Franco y secuestró a un alto cargo de la embajada española ante la Santa Sede

El ingeniero Octavio Alberola Suriñach

Octavio Alberola Suriñach

Nació en Alayor (Menorca) el 4 de marzo de 1928 y falleció en Perpiñán en 24 de julio de 2025

Ingeniero civil de formación, pronto derivó hacia el activismo anarquista libertario, con tintes delictivos, entre intentos de asesinato y secuestros.

«La España franquista, en el 52 y en el 56, ya es reconocida internacionalmente. No se le considera una dictadura fascista. Se pensaba que eliminando a Franco podía comenzar un proceso de transición a la democracia. Es la única persona a la que nosotros nos autorizábamos a arrebatarle la vida». Ese es el argumento que esgrimió Octavio Alberola Suriñach, en el transcurso de una entrevista emitida por La Sexta en noviembre de 2020, para justificar sus dos intentos fallidos de asesinato de Francisco Franco.

El primero tuvo como escenario San Sebastián -allí pasaba unos días de descanso, como venía siendo habitual, el jefe del Estado- en el verano de 1962: fracasó, según dijo, debido a un error en la manipulación de los explosivos y también a que Franco llegó con retraso al lugar donde Alberola, en nombre de la banda terrorista Defensa Interior, tenía planeado acabar con su vida. El segundo fue en el madrileño Puente de los Franceses un año después.

Estos dos intentos de magnicidio supusieron la entrada en materia criminal de Alberola en España. Pero ya contaba con antecedentes en la extrema izquierda: además de su vinculación a la anarquista Confederación Nacional del Trabajo (Cnt) -desde ese sindicato se constituyó Defensa Interior- contribuyó desde México a la causa de los hermanos Castro y del Che Guevara, si bien pronto se desencantó de la dictadura que el famoso trío impuso en Cuba. Lo suficiente, en todo caso, para que Alberola formase parte de las personas vigiladas por la Agencia Central de Inteligencia con motivo de una gira europea del presidente John Kennedy. Así consta, tal y como informó El Debate hace unos meses, en los archivos recientemente desclasificados en Estados Unidos.

El doble fracaso de Alberola en lo tocante a Franco no fue óbice para que siguiera procediendo violentamente contra intereses españoles en el extranjero. En 1966, secuestró durante casi dos semanas a monseñor Marcos Ussía, asesor eclesiástico de la embajada de España ante la Santa Sede y planeó hacer lo propio en 1968 con un diplomático español destinado en Bruselas, hecho por el cual pasó cinco meses entre los barrotes de una cárcel belga.

Su última detención fue en la ciudad francesa de Aviñón en 1974 junto con otros 10 activistas anarquistas. Se les acusaba de participar en el secuestro del director del Banco de Bilbao en París, Baltasar Suárez como protesta por la ejecución de Salvador Puig Antich Después de nueve meses fue dejado en libertad provisional y asignado a residencia en París. Sin embargo, en 1981 fue juzgado por estos hechos, de los que fue absuelto. La muerte de Franco interrumpió su actividad delictiva, pero no sus sectarias convicciones: militó, entre otras causas, por la anulación de las «sentencias franquistas».

La trayectoria de Alberola no se puede entender sin sus orígenes familiares: hijo de los libertarios José Alberola y Carmen Suriñach, en 1939 siguió a sus padres en el exilio en México, donde estudio ingeniería civil, sector en el que podía haber desarrollado una interesante carrera. Pero cedió a los cantos de sirena de la Cnt en el exilio.

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