Julio Cebollada Portolés
Julio Cebollada Portolés (1925-2025)
La memoria de Tudela
Desde artículos en prensa hasta su participación en instituciones culturales, divulgó las tradiciones, la esencia y el presente del municipio navarro
Julio Cebollada Portolés
Oficial de Registro de la Propiedad
Hijo de ferroviario, empezó a trabajar en el Registro de la Propiedad de Tudela el julio de 1939 y se jubiló 54 años después. Llegó a ser secretario del Colegio de Oficiales de Registradores de España. Mas su legado en el municipio navarro es sobre todo de divulgación cultural, entre artículos, conferencias y conciertos.
Julio Cebollada Portolés no nació en Tudela, sino en Zaragoza, hijo de un ferroviario de ascendencia turolense. Mas fue en la localidad navarra, en la que se desempeñó durante más de medio siglo como oficial de Registro de la Propiedad, donde este autodidacta dejó su impronta. No a través de una obra académica o novelística, sino contando Tudela, sus tradiciones, su esencia y su presente en las páginas de la prensa local, principalmente Diario de Navarra.
También impartiendo conferencias en el colegio jesuita San Francisco Javier, cantando en el Coro Fernando Remacha y fundando el Cine Club Muskaria. En una vertiente más social, ayudó en la promoción de viviendas sociales en el Barrio de Lourdes al jesuita guipuzcoano Jesús María Lasa (1906-1992), a la sazón superior de la residencia que su familia espiritual tenía en Tudela, donde creó, asimismo, una escuela profesional.
Este compromiso, cultural y cívico, de Cebollada Portolés tal vez se deba a sus orígenes: durante su infancia en Zaragoza, antes de llegar a Tudela, supo lo que significaba vivir con luz y agua en casa, pero sin una ducha, teniendo que lavarse en un balde. Otra experiencia de su infancia fue la Guerra Civil.
Su padre era militante de Izquierda Republicana –aunque «podría haber sido de otro partido» según su hijo–, si bien él siempre mantuvo un sesgo objetivo sobre el conflicto. Baste decir que se mostró crítico con la Ley de Memoria histórica. «Fueron bestias los dos [bandos]», declaró al archivo. «Siendo Santiago Carrillo director general de Seguridad, se mataron curas, monjas y niños por comulgar», precisó.
Tampoco se pueden obviar sus recuerdos sobre cómo funcionaba un Registro de la Propiedad en la Tudela de la posguerra: apenas una transmisión al mes, con no más de cuatro propietarios en el municipio. «Estaban los índices de propietarios en libros antiquísimos, desencuadernados». Todos los documentos se redactaban a mano.