Científico de fama internacional

El profesor Antonio García-Bellido y García de Diego, uno de los científicos españoles de mayor proyección internacional en la era contemporánea, deja un doble y duradero legado en dos ramas de la biología: la genética del desarrollo y la diferenciación molecular. La primera es la rama de la biología que estudia cómo los genes regulan el crecimiento y desarrollo de un organismo desde la concepción hasta la madurez.

Examina cómo la expresión de los genes controla la diferenciación celular, la formación de estructuras (motrfogénesis) y la transición de un cigoto a un organismo multicelular completo. Este campo ayuda a comprender las bases genéticas de enfermedades congénitas y trastornos del desarrollo.

La segunda es el proceso mediante el cual las células se especializan para adquirir funciones y formas únicas, un resultado directo de la expresión selectiva de genes. Aunque todas las células del cuerpo tienen el mismo Adn, diferentes tipos de células activan o desactivan genes específicos para producir distintas proteínas, lo que define su identidad, como una célula muscular que expresa genes de actina y miosina, mientras que una célula epitelial expresa queratina.

Según la Fundación Princesa de Asturias -que le otorgó su premio de Investigación Científica y Técnica en 1984-, en ambos campos «ha desarrollado trabajos de una enorme importancia, abordando el problema de explicar la paradoja de que a partir de una sola célula, el huevo o cigoto, que contiene toda la información genética para las funciones del organismo adulto, se forman otras células en sucesivas divisiones que se van diferenciando en su configuración y en su función. Estas células se agrupan posteriormente en estructuras muy precisas, dando lugar a los diferentes tejidos y órganos». «Los métodos empleados en sus investigaciones», concluye la fundación con sede en Oviedo, «son de una gran originalidad y sus hallazgos, de relieve internacional, han abierto el camino para llegar a comprender el mecanismo genético de la diferenciación y morfogénesis de los seres vivos».

En cuanto a la trayectoria académica de García-Bellido, doctor en Ciencias Biológicas y con ampliación de estudios en Gran Bretaña, Suiza y Estados Unidos, estuvo estrechamente vinculada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, organismo en el que creó el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, de quien era discípulo predilecto y amigo. En suma, un legado científico de primer orden, pese a venir de una familia de literatos: era hijo del historiador y arqueólogo Antonio García y Bellido y nieto, por vía paterna, del filólogo Vicente García de Diego.