Artífice del éxito de Vega Sicilia

Juan Carlos Álvarez Mezquíriz, fallecido a consecuencia de una enfermedad que le fue detectada el pasado mes de julio, potenció la marca Vega Sicilia hasta llevarla a sus máximos históricos. Varios datos avalan este crecimiento. Hace apenas una década, las exportaciones representaban alrededor del 38,8% de la facturación. Hoy en día, la cifra ronda el 60%. Más: a tenor del último ejercicio conocido, El Enebro –la sociedad a través de la cual Álvarez Mezquíriz controla los famosos caldos– ha alcanzado un beneficio neto de 34,75 millones.

Unos excelentes resultados, con tendencia al alza, obtenidos dentro de un contexto familiar difícil: la guerra entre los descendientes de David Álvarez Díez (1927-2015), fundador del grupo de servicios Eulen, dueño de Vega Sicilia y marqués vitalicio de Crémenes, estalló en 2010. Se trataba, en resumidas cuentas, de un enfrentamiento entre María José Álvarez Mezquíriz, muy ligada a su padre, y el resto de sus hermanos. El ambiente devino tan áspero que el patriarca, ya octogenario avanzado, se vio obligado a retomar la dirección de sus negocios.

El conflicto se resolvió en septiembre de 2023 con la cesión de Eulen a María José que, a su vez, vendió la mayor parte –aunque no todas– sus participaciones en El Enebro. Según el diario Cinco Días, «la presidenta de Eulen percibió unos 105 millones por salir de El Enebro, y a su vez, Eulen abonó 129 millones por el 39% de las acciones que tenían en la empresa los otros cinco hermanos Álvarez Mezquíriz».

Todo un alivio para Juan Carlos Álvarez Mezquíriz, que ya dispuso del sosiego necesario para proseguir la consolidación de El Enebro. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense, desempeñó, antes del enfrentamiento familiar, las funciones de consejero delegado de Eulen. Asimismo, formó parte de los consejos de administración de BBVA y Argentaria. Era refractario a las publicidades baratas: su discreción equivalía a su eficacia gestora.