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27 de abril de 2024

Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Trevijano, por favor, no te rajes

Puedes quedar en la historia como el jurista que frenó a un proyecto de autócrata o como el que lo dejó seguir adelante saltándose los procedimientos legislativos

Actualizada 22:34

Este lunes, en plena resaca de la final mundialista y enfilando la Navidad, llega el primer Día D en la política española. Sabremos si en España se van a seguir respetando las reglas constitucionales, o si por el contrario vamos a tender a un sistema al estilo bolivariano, donde la arbitrariedad de una mayoría prime sobre las normas democráticas establecidas. Llega el esperadísimo segundo asalto en el TC. Derecha e izquierda coinciden en señalar que está en juego la propia democracia, aunque lo hacen con argumentos antagónicos.
El TC habrá de decidir si paraliza o no una reforma legislativa liderada por el PSOE y apoyada por su mayoría antiespañola –los comunistas, ERC, Bildu y PNV– para que Sánchez controle a su antojo el propio Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial. El recurso del PP considera inconstitucional la maniobra legislativa exprés del PSOE, consistente en modificar dos leyes orgánicas mediante unas enmiendas tramitadas de manera urgentísima, metidas con calzador en medio de otros asuntos y sin dar voz a los afectados. El PP estima que, al actuar así, Sánchez y su coalición han cometido un fraude de ley, pues se saltan las garantías esenciales del procedimiento legislativo. Lo que demandan es que se paralicen los trámites parlamentarios y la norma no llegue al Senado a finales de esta semana. Solo se le podrá dar curso cuando todo se haga acorde a las reglas.
Por su parte, la oposición considera que el TC es un tribunal caducado, dominado por «la derecha judicial», y que de ningún modo puede enmendarle la plana a una votación del Congreso. Las críticas de los socialistas a la oposición y el propio TC han sido crudísimas. Felipe Sicilia, diputado del PSOE, policía nacional de profesión, ha acusado en sede parlamentaria al PP de dar «un golpe de Estado» como el del 23-F. Según la extravagante concepción de la democracia del PSOE, el hecho de que un partido presente un recurso por los cauces jurídicos previstos para ello es un acto de golpismo. Patxi López, otra eminencia jurídica, ha defendido las enmiendas exprés para atar al poder judicial como «un toque de atención» para que los jueces sepan por dónde tienen que ir. ¡Viva Montesquieu! Por su parte, el inefable Bolaños acusa al PP de «llevar a las instituciones democráticas al límite» (lo cual lamentó quejumbrósamente el domingo a la mañana para esa misma tarde presentar el propio PSOE dos recursos ante el TC). Todas estas críticas a la oposición y los jueces que no se someten a Sánchez son pertinentemente amplificadas por una televisión dominada por la izquierda.
Pedro González-Trevijano, el presidente del TC, madrileño de 64 años, catedrático de Derecho Constitucional de brillante currículo académico, tiene un dilema muy complicado hoy sobre su cabeza. A la postre, tendrá que elegir. Puede quedar en la historia como el jurista que permitió que siguiese adelante un presidente con madera de autócrata, que ya se saltaba hasta los procedimientos legislativos correctos; o ser recordado como el responsable del TC que aplicó el respeto a las normas y le paró los pies.
Los precedentes son alentadores para los que estamos preocupados por la arremetida del nuevo Frente Popular. Trevijano, que llegó al TC a propuesta del PP, fue el ponente de la sentencia que avaló en su día la aplicación del 155 en Cataluña, aprobada por unanimidad. También tuvo la rectitud jurídica –y el cuajo– de declarar inconstitucional el estado de alarma de Sánchez.
Como español que teme que su país haya entrado en una senda que puede llevar a su partición, me atrevo a hacerle un ruego al presidente del TC: Trevijano, no te rajes. En verano estrenaste una obra de teatro de tu autoría, Jubileo, que versaba sobre la liza entre el bien y el mal con un edificante tono moralizador. ¿Vas a poder seguir durmiendo en paz y escribiendo parábolas ejemplarizantes si hoy cedes a la presión del rodillo antisistema y dejas que Sánchez triture las reglas?
(PD: Y al final Trevijano se corta)
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