El 8-M de Jessi, Ábalos, Errejón y Monedero
Begoña es otra cuando se enfunda la cazadora roja y proclama su feminismo, ese tan genuino que se defendía en las saunas de papá y en las cátedras conseguidas por vía marital
En Moncloa ya se preparan para el 8-M. Pedro y Begoña discuten sobre si es conveniente que ella vaya, junto a Marisu y Yoli, encabezando la marcha, enarbolando la pancarta y, si se tercia, dando unos saltitos para hacerla tremolar y que el ondeante mensaje nos llegue a todos, todas y todes. Sería muy buen reclamo, como el de aquel marzo de 2020 cuando el doctor Simón, muy científico él, invitó a todos a no faltar al evento ese día tan principal. Que luego se convirtiera en una bomba vírica, qué se le iba a hacer: lo importante era el relato. Y los eslóganes que cantaron todas como un coro de ángeles feministas, fueron un primor. Pero hoy la presidenta consorte, a cinco días de la manifa, no sabe si el juez Peinado verá compatible su laconismo cada vez que la llama a declarar con esa locuacidad que derrocha cuando la revolución morada la reclama. Porque Begoña es otra cuando se enfunda la cazadora roja y proclama su feminismo, ese tan genuino que se defendía en las saunas de papá y en las cátedras conseguidas por vía marital. Igualdad de gourmet.
En el laboratorio de eslóganes de Moncloa, nutrido con 471 asesores solo para Sánchez y Bolaños —ya le hubiera gustado a Rajoy—, las ideas fluyen, los tuits ingeniosos y rotundos saltan de gurú a gurú, de cabeza a cabeza, como piojos en hospicio. Pedro y Begoña merecen todo. Y el Gobierno progresista, como el que ellos han formado, es un lujo para un país. En la izquierda siempre se ha luchado por la igualdad. Porque esto es meta de toda la progresía; ni del PSOE, ni de Sumar, ni de Podemos. De todos. Unidos. Fraternales. Sin un ápice de doble moral ni de superchería. Con los corazones abiertos en la lucha final.
Así que es hora de incorporar nuevos nombres a esa primera línea de almas igualitarias que desfilará por las calles de Madrid. Y así recordar a los fachas, que «somos mejores si somos más iguales».
Jessica Rodríguez levantará la Pancarta 1, cuyo lema será: «Contra la prostitución, fuera la esclavitud sexual».
José Luis Ábalos levantará la Pancarta 2, cuyos lemas serán. «Decir que las mujeres tienen derecho a venderse es ocultar que los hombres tienen derecho a comprarlas». «Sin clientes no hay trata. No inviertas en sufrimiento».
Íñigo Errejón levantará la Pancarta 3, cuyos lemas serán: «No es un caso aislado, es el patriarcado». «No hay denuncias falsas, son invención de los fachas».
Juan Carlos Monedero levantará la Pancarta 4, cuyos lemas serán: «Tiembla patriarcado, la revolución feminista ha llegado». «Con minifalda, bikini o velo, sin mi permiso no me tocas un pelo».
Begoña Gómez levantará la Pancarta 5, cuyos lemas serán: «Ni sumisas ni calladas, mujer fuerte empoderada». «Pedro, Pedrito, la cena tú solito». «El éxito de cada mujer debe ser una inspiración para las demás».
Cristina Álvarez, su secretaria en Moncloa, levantará la Pancarta 6, cuyo lema será: «Hasta los ovarios de contratos precarios».
Irene Montero levantará la Pancarta 7, cuyos lemas serán: «No es no». «Sola, borracha, quiero llegar a casa». «Tranquila hermana, esta es tu manada». «Pablo, macho, hazte tú el gazpacho».
Pablo Iglesias levantará la Pancarta 8, cuyos lemas serán: «Fuera machos alfa. Vivan hembras alfa». «Con ropa o sin ropa, mi cuerpo no se toca». «Calladita no estoy más guapa». «Persigue tus sueños, no a tus novias».
Yolanda Díaz levantará la Pancarta 9, cuyo lema será: «No hay excusa para tapar al que abusa».
Fernando Simón levantará la Pancarta 10, cuyo lema será: «El machismo mata más que el coronavirus».
Pam levantará la Pancarta 11, cuyo lema será: «Hasta la peineta de tener que estar a dieta».
Tito Berni levantará la Pancarta 12, cuyo lema será: «Entras como cliente, sales como cómplice».
David Azagra levantará la Pancarta 13, cuyo lema será: «No hay atajo sin trabajo».
Y Pedro, sin el que ninguno de ellos podría avanzar con esa superioridad moral por las calles de la fachosfera madrileña, gritará desde el ventanal de su despacho de la Moncloa, igual que aplaudía cuando la pandemia, con esa voz que nos recuerda a su hermano: «Un bote, dos botes, machista el que no me vote». Ni tan mal.