Fundado en 1910
HorizonteRamón Pérez-Maura

Éramos pocos y parieron a Bolaños

¿Puede alguien creerse que un fiscal general del Estado nombrado por Pedro Sánchez va a mandar una petición de imputación de la mano derecha de Sánchez, de la mujer de Sánchez, del hermano de Sánchez o de sí mismo, nombrado por Sánchez?

Act. 25 jun. 2025 - 09:06

No hay día que nos ahorre un bombazo informativo. Y el de ayer con el juez Juan Carlos Peinado pidiendo al Supremo que impute al ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes por un delito de malversación y otro de falso testimonio demuestra el lodazal que representa el Gobierno de la nación. Es muy fácil para el Gobierno hablar de la corrupción que hubo en el pasado en el PP. Y la hubo. Pero nunca hemos visto que la corrupción pase tan cerca de un presidente del Gobierno.

Félix Bolaños es hoy el hombre fuerte del Gobierno. Mucho más que cualquiera de las vicepresidentes. Lo demuestra el hecho de que, en el Gobierno con más miembros de la Historia, veintitrés, que se dice pronto, Bolaños ocupa tres carteras de fuste que normalmente ocuparían diferentes titulares mientras otros ministros encabezan carteras que en tiempos normales apenas sí tendrían entidad para ser una dirección general. Es un ministro de Justicia que es acusado por un juez de prestar falso testimonio ante él. Un ministro nombrado por el mismo presidente que nombró dos secretarios de Organización de su partido que están cubiertos de corrupción hasta las cejas como denuncia el propio Partido Socialista. Y un presidente que nombró a un fiscal general del Estado que está procesado por prevaricar en su cargo. Es decir, Bolaños y García Ortiz están ante los tribunales acusados de cometer delitos en el desarrollo de sus funciones. Pero aquí no pasa nada. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, tuvo ayer el valor de decir que «conocemos perfectamente esta instrucción. Por lo tanto, esto es un capítulo más. Y por ello tranquilidad máxima por parte del Gobierno y por parte del ministro Bolaños». Es decir, desde la portavocía del Gobierno se descalificó la acción de la Justicia. Sin pestañear.

Yo creo que en esta hora a Bolaños deben temblarle un poco los perendengues sabiendo lo que tiene ante sí. Porque que se pida su imputación justo en el momento en que está promoviendo la reforma de la Justicia más criticada de la historia por los profesionales de la misma, no parece el mejor ambiente procesal para el propio Bolaños. Todo ello sin prejuzgar ninguna influencia tóxica sobre los miembros del Supremo, claro. Son lo suficientemente profesionales para saber lo que hay que hacer en cada circunstancia y procesamiento. Y no está de menos recordar que un procesamiento de Bolaños estaría condicionado a que se le levantara la inmunidad en las Cortes. Eso sí que puede ser una prueba para muchos grupos parlamentarios que siguen sosteniendo al Gobierno.

Por otra parte, no está de menos recordar que la reforma legal que promueve el propio Bolaños es una armadura perfecta para protegerse a sí mismo. Porque el titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid no podría haber mandado su petición al Supremo. Básicamente porque, en la práctica, la reforma Bolaños se va a cargar las competencias de los juzgados de instrucción. Esa iniciativa quedaría reservada a la Fiscalía. ¿Puede alguien creerse que un fiscal general del Estado nombrado por Pedro Sánchez va a mandar una petición de imputación de la mano derecha de Sánchez, de la mujer de Sánchez, del hermano de Sánchez o de sí mismo, nombrado por Sánchez?

Los autócratas no consienten esas cosas.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas