Las farfollas de Sánchez con la OTAN
Muy desesperado tiene que estar el presidente un domingo por la tarde para salir a hablar de un acuerdo con no se sabe quién
La inverosímil comparecencia de Sánchez un domingo por la tarde para anunciar un acuerdo con la OTAN supera todo lo imaginable. El presidente del Gobierno nos habló de que la diplomacia discreta nos habría llevado a un acuerdo para que España redujera su gasto al 2 por ciento del PIB y no el 5 al que se comprometen el resto de los aliados. Fascinante. ¿Con quién ha alcanzado España ese acuerdo? ¿Con algún oscuro funcionario? ¿Con el secretario general de la Alianza, Mark Rutte? Ese tipo de consenso sólo es posible en el Consejo Atlántico. Y no ha habido todavía esa cumbre de la OTAN. Lo que dice Rutte en la carta que ha distribuido Moncloa -no os han enseñado la que le enviaron a él- es que «Entiendo que España está convencida de que puede cumplir con los nuevos acuerdos Objetivos de Capacidad» que más allá de otras palabras, todos sabemos que son el 5 por ciento del producto interior bruto. En la carta de Rutte no dice que se haya firmado ningun acuerdo.
Lo que ha anunciado Sánchez en su inopinado discurso es su voluntad. Veremos el próximo martes cómo puede defenderlo en La Haya, como reaccione Rutte al anuncio de Sánchez este domingo y qué tienen que decir los que sí se han comprometido a ese 5 por ciento de gasto en defensa. Unos países para los que el esfuerzo es el mismo que para España.
El gesto de Sánchez anunciando un acuerdo con no se sabe quién no es más que una forma de hacer un guiño a la izquierda española. Él planta cara a la OTAN que está aceptando las demandas de Trump para que corramos con los gastos de nuestra defensa. Y la izquierda española debe correr en su auxilio. Muy desesperado tiene que estar el presidente un domingo por la tarde para salir a hablar de un acuerdo con no se sabe quién.
