Sánchez: no paramos de mejorar
Ahora, Sánchez ha creído, con cierto sentido de oportunidad, que debía nombrar a una mujer después de las grabaciones sobre meretrices a las que Ábalos consideraba peor que al ganado camino del matadero
La carrera política de Paco Salazar, de Dos Hermanas, Sevilla, al Palacio de la Moncloa, tiene bastante mérito. Más que nada porque un personaje marginal como él haya llegado a ser de la máxima confianza de Sánchez. En este disparate de partido en el que está Sánchez en la hora presente veo a Salazar descrito en El País ayer sábado como «el último sanchista de pura cepa que quedaba al lado del presidente del Gobierno. Era un perfecto desconocido para la política nacional cuando empezó a pasar días en Madrid en los primeros meses de 2017, cuando la gestora que presidía el asturiano Javier Fernández organizaba las primarias socialistas tras la dimisión de Pedro Sánchez. Militante del PSOE andaluz, pero sin ninguna relevancia orgánica en esa poderosa federación, era un colaborador muy cercano al entonces alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, histórico socialista que siempre apoyó a Sánchez...»
Sánchez había escogido a Paco Salazar para formar parte de la secretaría de Organización del PSOE. De ella se han tenido que ir Ábalos y Cerdán. Dos personas escogidas personalmente por Sánchez y de la máxima confianza. No hace falta, a estas alturas, contar el lodo que envuelve a los dos caídos. Pero ahora, Sánchez ha creído, con cierto sentido de oportunidad, que debía nombrar a una mujer después de las grabaciones sobre meretrices a las que Ábalos y Koldo consideraban peor que al ganado camino del matadero. Como su relación con la nueva secretaria de Organización, Rebeca Torró, tampoco debe ser muy estrecha, Sánchez creyó que lo mejor era poner allí a un hombre de su máxima confianza cerca de ella. Salazar era hasta ayer secretario general de Coordinación Institucional de la Presidencia del Gobierno. No estoy seguro de lo que quiere decir eso, pero no tengo duda de que implica línea directa con el presidente. Y ahora lo iba a tener como persona de confianza en la nueva secretaría de Organización del partido. Una fuente de información segura y de la máxima lealtad.
Y entonces saltaron las denuncias de acoso sexual, de «baboso», y de abuso de poder. Todo ello en la mismísima Moncloa. A unos metros del despacho de Sánchez. Verdaderamente, no paramos de mejorar. ¿Se entera el presidente de algo de lo que hacen los que él nombra?
Lo que más me llama la atención de esta situación es que cada vez es más evidente que Sánchez no tiene una persona de confianza de la que de verdad se pueda fiar. Hace falta tener ojo para nombrar al corrupto de Ábalos, cuando lo acabas quitando nombrar a su mano derecha y socio y después de éste meter en el órgano de Gobierno a un acosador sexual que trabaja directamente contigo. Pleno al quince. Presidente, ¿no estarán tendiéndote trampas todos los que te rodean? Hazme caso, esto no es la derecha malvada. Ni queriendo el más malvado de tus rivales es capaz de montarte un número así. Una concatenación de nombramientos erróneos en tu núcleo más cercano.
Y añadamos a eso la genial idea de convocar el Comité Federal el mismo día que el XXI Congreso del Partido Popular. Pensarían tus geniales asesores que así les iban a robar tiempo de cámara. Creo que se han arrepentido de cada minuto de televisión que han tenido este sábado. Verdaderamente, es difícil hacerlo peor.