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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Ánimo, Pedro

Tú como la Pantoja del «dientes, dientes», di que sí, porque cuando la cosa se pone muy fúnebre ya solo queda la risa forzada

Act. 09 oct. 2025 - 12:03

Ánimo, Pedro, tú di que sí, nada mejor para elevar el nivel de nuestra oratoria parlamentaria que adoptar en la bancada del Congreso el tono perdonavidas de lo que el pueblo sabio denominaba «un chulo de discoteca». Haces bien en sacar provecho de lo que aprendiste en aquella magnífica escuela cívica que fueron los lucrativos vapores de Sabiniano.

Ánimo, Pedro, porque supone una lección de rectitud política que cuando te preguntan por casos concretos de corrupción de tu familia y tu partido, en lugar de dar las pertinentes explicaciones, como es obligado en una democracia, respondas escabulléndote con tu grimosa promoción del aborto y mintiendo al asegurar que «la página 28 del informe de la UCO» exculpa al PSOE de financiación irregular (cuando más bien sugiere exactamente lo contrario).

Ánimo, Pedro, con esas risitas desquiciadas. Y con la corte de pelotas del partido compitiendo por ver quién te hace más la rosca con la carcajada más grande (Pachi, el Pericles, del Bocho, casi se nos descoyunta de tanta risa adulatoria para tapar su gambazo de la víspera sobre el pago en efectivo en el Congreso).

Ánimo, Pedro, porque no podemos caer en el desánimo por carecer de presupuestos, gobernar de prestado y ser el presidente europeo en ejercicio con más roña encima.

Ánimo, Pedro, no te desveles porque la buena de la pichona se esté asando en su propia salsa en la cazuela judicial (hasta el extremo de que la propia Complutense, que la enchufó por dedazo tuyo, ya le pide explicaciones en tribunales por sus chanchullos).

Ánimo, Pedro, que aunque El Debate haya pillado a David con el carrito del helado –de okupa VIP en la Moncloa por cortesía tuya mientras fingía que lo hacía en Portugal para torear al fisco–, todavía tenemos ahí a Marisu de Triana para proclamar que «no hay na de na» y ordenar a Hacienda que no investigue un fraude de libro.

Ánimo, Pedro, no te deprimas por el hecho de que ya es evidente que todos los casos de nepotismo que han llevado a tu familia al banquillo son imposibles sin tu cooperación necesaria (ergo tú también puedes tener un horizonte judicial sobrevolando tu augusta cabeza).

Ánimo, Pedro, que tu ánimo no se nuble al ver cómo ha acabado Sarkozy. Aguanta, querido presidente, que de la trena también se sale. Además, el día de mañana, si finalmente todo se hunde, Zapatero siempre puede embarcarte en alguno de sus tinglados opacos.

Ánimo, Pedro, más de la mitad de los españoles no te tragan y ya sabes que en lo que te resta de vida jamás podrás entrar en un bar sin escuchar un piropo de algún espontáneo, el precio por haber sido un presidente felón con su propio país hasta extremos inimaginables. Pero oye, al no poder pisar una tasca por temor a los abucheos te ahorrarás una pasta en consumiciones.

Muchísimo ánimo, Pedro, porque tú situación es envidiable y es normal que sigas levitando en tu globo de propaganda, mentiras y arrogancia displicente.

Tú como la Pantoja, Pedro, que en su paseíllo rumbo al caldero nos dejó una frase que ya está en los anales de la nación plural y diversa: «Dientes, dientes, que es lo que les j….». Pues eso, a carcajearse a tope en el escaño con Pachi y Marisu. A competir con Joaquin Phoenix en el Joker, que otra baza ya no nos queda. En dos palabras: Ánimo, Pedro.

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