La estrategia (acertada) de Feijoo
La estrategia, aunque en parte haya venido rodada, ha sabido ver la ventana de oportunidad y se ha aprovechado y concertado, es llevar a Pedro Sánchez, una y otra vez y de las orejas, al sitio que más teme y a donde no quiere ir. O sea a las urnas
Sé que en los pagos de la derecha y en especial en el PP, el distintivo esencial es el ninguneo del líder y la demostración empírica de que cualquiera, sin ir más lejos el mismo que lo está poniendo a parir, lo haría mucho mejor. Así que me la estoy jugando con esta ocurrencia mía de atreverme a decir que Feijóo está haciendo algo bien.
Pero me parece que este gallego, que por cierto ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado, la última también, aunque no le diera para gobernar (el bajón lo dio entonces Vox) está haciendo algo bastante bien tramado y que puede dar resultado y dejar a Sánchez descalabrado y al sanchismo descoyuntado.
La estrategia, aunque en parte haya venido rodada, ha sabido ver la ventana de oportunidad y se ha aprovechado y concertado, es llevar a Pedro Sánchez, una y otra vez y de las orejas, al sitio que más teme y a donde no quiere ir. O sea, a las urnas. No es posible hacerlo, eso es facultad exclusiva suya, a nivel general, pero sí una tras otra y comunidad a comunidad, por media España. De entrada en cuatro autonomías. Y en la primera, Extremadura, ya se ha visto el resultado. El sanchismo ha sufrido una debacle y Sánchez ha corrido a encerrarse al bunker de Moncloa y tras pasearse con su títere Gallardo por Cáceres y Badajoz, ahora hace como que nunca estuvo allí y que nada tiene que ver con lo sucedido. Y su hermanito menos aún.
El trastazo ha sido estremecedor y un escalofrío recorre al PSOE, pues tiene toda la pinta de ser premonitorio de lo que está por venir y que es lo que le espera para comenzar el año a Pilar Alegría, la amiga de Salazar el (presunto, claro) acosador y la durmiente del Parador de Teruel, que nada vio ni oyó, por las tierras de Aragón.
Después vendrán Castilla y León, donde a un tal Martínez le va a costar sacar un procurador hasta en Soria, su tierra natal y el postre, por ahora, será Andalucía, donde la candidata es su segunda al mando, la vicepresidenta gesticular, Chiquí Montero, «Manita Socarrá», que espera tu si para entonces ya no está incluso imputada. Su recua de protegidos en reata van ya.
Todas las convocatorias, por más que clamoreen los perdedores que no, tienen clave y poso nacional. En todas es a Sánchez, al sanchismo, a sus corrupciones, escándalos, mentiras y traiciones a quien se va a juzgar. Y es el PSOE al que este va a «suicidar» para poder él aguantar lo que ya no se puede sostener.
¿Se van a dejar llevar al matadero hasta culminar el sacrificio con las municipales y las alcaldias? ¿Y Page, a quien ya le ha nombrado candidata para Castilla-La Mancha, lo de ministra es el atrezo para la verdadera función, va a humillar y dejarse mansamente y pellizcos aparte, decapitar. Allá ellos y ellos verán.
La estrategia de Feijoo, en este sentido, mejor no ha podido comenzar. El PSOE en Extremadura, uno de sus bastiones desde el inicio de la democracia, ha quedado desarbolado. El sanchismo ha sido condenado y el mantra de que viene la extrema derecha es cada vez, de tanto manosearlo, más inútil y hasta diría que ya contraindicado. Una pila considerable de sus ex-votantes, no se han cortado en votar, unos al PP y otros, un buen puñado también, a Vox. Otros se han abstenido y dicen en Ferraz que «no los han sabido movilizar». No es eso. Es algo mucho peor y más sencillo de explicar. Es esa gente que aún tiene vergüenza y les ha dado mucha tenerlos que votar a ellos y no lo han querido hacer.
El camino trazado por los populares tiene, pues, un rumbo preciso y objetivos factibles de conseguir, batallas que ir ganando para afrontar la final y además y muy importante, el tener movilizada a la tropa y que perciba que sirve de algo y que se puede ganar. Mucho más acertado ello, y también para Vox, que la matraca de estos de la ya resobada moción de censura para perderla y que sea Sánchez el que pueda cantar una victoria. Vamos, que ni se le ocurre al que asó la manteca.
En fin, aquí queda dicho y ya me pueden empezar a sacudir estopa por haber cometido el delito de no poner a parir a Feijóo. Me ha parecido que hoy no tocaba porque había acertado. Pero seguro que habrá por aquí quienes no lo vean asi.
A todos, sin excepción, les deseo también una muy Feliz Navidad y un próspero año nuevo (y a ver si este lo es, de una vez, de verdad)