Cartas al director
Sánchez no es franco con Franco
Bueno, en realidad, Sánchez no es franco con nadie pues tiene, entre muchas otras malformaciones, la de ser un mentiroso compulsivo y patológico, un falso de carácter hiperbólico y un cínico irredento.
Pero con Franco es aún, si cabe, menos franco que con nadie, ya que le quiere con inusitado empeño, por necesitarle desesperadamente para intentar (vano esfuerzo) desviar y esconder sus vergüenzas, pecados y delitos, todos ellos de tal magnitud y bajeza que pasarán siglos antes de que otro bípedo implume, pueda, si quiera de lejos, simular atropellos semejantes. Solo sus tribus de palmeros, adláteres, subvencionados y acólitos pueden comprarle la putrefacta gestión de usar a Franco como bomba de humo maloliente y fétida.
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