Cartas al director
Sobre Vox
En 2014, muchos votantes de la derecha sociológica, liberales y conservadores, no estábamos de acuerdo con las políticas de un PP con mayoría absoluta que había incumplido promesas electorales fundamentales. Eso hay que recordarlo.
En segundo lugar, la ideología de Vox era de centro-derecha o de derecha moderada, espacio abandonado por Rajoy. ¿Recuerdan esa idiotez de que «los que sean liberales se vaya al partido liberal»? Y de la misma manera «los conservadores». Pues surge Vox, y Ciudadanos consigue una amplia representación parlamentaria. Su vaticinio se cumplió, a costa de dividir estúpidamente el espacio a la derecha del socialismo. Y todavía, a disfrute de Pedro Sánchez, seguimos divididos.
Vox ya no es lo que era en su proyecto fundacional. De ahí, de ese craso error, las huidas de tantos buenos parlamentarios, como Iván Espinosa de los Monteros, a quien llegué a conocer en 2014. Santiago Abascal era uno más del proyecto.
Vox no puede ser el colchón donde el sanchismo se encuentre cómodo para seguir gobernando. Las circunstancias han cambiado y, sinceramente, para peor.
Es necesario la unidad del espacio de la derecha democrática y del centro derecha. Las siglas es lo de menos. Y un liderato fuerte, como el que representa en Madrid Isabel Díaz Ayuso. Por eso Pedro Sánchez y la ultraizquierda la odian tanto. Una refundación, para echar a Pedro Sánchez en un par de años de resto de esta maldita y absurda legislatura.