Coleguitas

Pasaban por allí y a los coleguitas se les ocurrió entrar en la taberna 1879. Parecía un local muy aparente, progresoide y, aunque algo destartalado, honesto 'a raudales': nada mejor para hacer el apaño.

La parroquia que se congregaba en sus adentros parecía siempre entusiasmada, daba igual si con un calor de muy señor mío, si cayendo chuzos de punta o, incluso, si con un vendaval azotando puertas y ventanas. Lo más que se oía de la mayor parte del personal allí aposentado era «quia, ¡cómo van a ganar esos estando nosotros!». Con semejante frase y hartos de sopas y tintorro, aludían los compadres al partido que se celebraría por esos días entre los que vestían de rojo, rojo y los de azul marengo.

Los coleguitas tomaron nota de ambiente tan embravecido y se dijeron que de allí se podía levantar un imperio de coleguillas socialistas. Y en esas trasiegan.