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Cartas al director

Política antidemocrática e ilegítima

A estas alturas es bien sabido que el objetivo prioritario e inmediato de Pedro Sánchez es permanecer a toda costa en el poder con independencia de sus futuros planes políticos. Para ello, precisa de colaboradores. Necesita, una prensa dócil, instituciones sumisas, unos presupuestos dotados de generosas subvenciones y ayudas para crear una indispensable base de posibles votantes, en la mejor tradición populista, y que otros partidos políticos le den soporte y hagan posible disponer de una mayoría parlamentaria, aunque sea precaria.

Pero el peaje que debe pagar para conseguir esa mayoría, según lo visto, es el apoyo concreto de los partidos nacionalistas y los de extrema izquierda. Entre los planes de estos está en primer lugar sustituir la actual Constitución por otra donde se recojan, de algún modo, sus aspiraciones rupturistas y la soberanía del pueblo español, en el mejor escenario, quedaría sustituida por la de las naciones que la conformarían con un determinante derecho a decidir, es decir, a separarse. Esa es la operación que se está intentando fraguar y afectará a nuestro inmediato futuro. Para conseguir estos objetivos, poco importa que el Gobierno haya utilizado la mentira y demostrado el incumplimiento antidemocrático e ilegítimo del espíritu constitucional.

El método que está utilizando no es otro que ir dinamitando la Constitución del 78, desde dentro, con las típicas y conocidas artes de ingeniería política de los gobiernos populistas, vaciando el Estado de derecho, anulando de facto la separación de poderes, y así poder controlar las principales instituciones y el poder. Esta es la dura y desnuda realidad que tendrá que tener muy en cuenta el pueblo español para no ser engañado cuando se le dé la oportunidad de pronunciarse, aunque nunca faltarán los subvencionados que siempre miran para otro lado, los que se contentan con el pan y circo, y los que, sesteando, todo les importa un bledo.