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09 de mayo de 2024

TribunaIsabel de los Mozos

Un noble gesto en El Debate

Hay que cerrar filas en torno a su Alteza Real y a su padre, el Rey, si queremos salvar la dignidad de España. Porque es cuestión de «ser o no ser»

Actualizada 01:30

El alcalde de Madrid ha dictado un bando y El Debate ha sido su pregonero. Se trata de festejar la mayoría de edad de S.A. Real la Princesa de Asturias, heredera del reino de España. Esto significa que Madrid debe vestirse de gala y debe notarse que es fiesta en la ciudad, en los balcones, en las ventanas, por la calle… Porque las Cortes Generales reciben formalmente a una nueva generación de españoles, representada por la Princesa, que simboliza la unidad y permanencia de España en la línea sucesoria. Y el alcalde no se ha limitado a firmar el bando, ni tampoco a dar cuenta de su contenido, sino que se ha encargado de ser él mismo quien lo ha hecho público, de viva voz, sin que por ello se le hayan caído sus propios anillos consistoriales y personales.
Y con Madrid, queremos estar todos los españoles en este día, tan lleno de simbolismo, tan necesario en este momento de incertidumbres de todo tipo. Al menos, esto es lo que queremos todos los que creemos que es necesario defender nuestro Estado de derecho, porque aceptamos las reglas del juego, como cauce lícito y necesario para las legítimas controversias políticas. Al menos, todos los que pretendemos la unidad de nuestra patria, tan variada, tan entrelazada por tanto tiempo de historia compartida, y asediada, como está ahora mismo, dentro de sus propias fronteras, por los enemigos de la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, que son los valores constitucionales sobre los que se asienta nuestra monarquía parlamentaria. Y desde fuera, también. Aunque no deje de haber políticos que lo niegan, recurriendo al insulto excluyente de xenofobia e ignorando el riesgo real que representan los musulmanes en masa, emigrantes, que pueden ser más que eso y que pueden significar un serio problema de orden público. Porque alguien se ha parado a pensar ¿por qué este tráfico de personas?, ¿quién paga esos pasajes a gentes supuestamente indigentes?, ¿puede, realmente, sobreponerse al mar un cayuco o una patera hasta arriba de personas, sin una embarcación nodriza, implicada en ese trasiego? Da toda la impresión de que es gente utilizada como «marcha náutica», hacia arriba, a imagen de la «marcha verde» de hace años… Y ¿qué dice de esto el nada sospechoso canciller alemán, que habla ya de deportaciones en masa?
Dentro de España, el presidente del Gobierno en funciones aspira a reformar nuestra Constitución por la puerta de atrás, contando con políticos que representan a una minoría social que él mismo llama, contra toda verdad contrastada públicamente, una «mayoría de progreso». Lo menos que podemos exigir todos los españoles que no podemos reconocer a esa falaz «mayoría» es que nos muestren sus credenciales, por qué ellos, en nombre de quién, por qué ahora. ¿Por qué no acudir con trasparencia, y sin alterar las reglas del debate parlamentario, a la sede de la soberanía popular? Porque, ellos lo saben, por esa vía no tendrían nada que hacer. Es evidente que están pergeñando un golpe de Estado. Quieren cambiar las reglas del juego político por la puerta falsa, para ocultar algo oscuro...
No podemos callarnos ante la indigna falsedad de políticos sátrapas y cobardes, ni ante la de sus aliados, sin cortesía parlamentaria, ni de ningún otro tipo, partidarios de coaccionar y matar para conseguir sus fines, insolidaria y fundamentalmente, consistentes en robar al resto de los españoles el esfuerzo de su trabajo, pretendiendo cobrar deudas inexistentes con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. La monarquía española debe garantizar la unidad de los españoles a quienes representa, instando a las instituciones para que todos esos delincuentes acaben en la cárcel. Por eso, hay que cerrar filas en torno a su Alteza Real y a su padre, el Rey, si queremos salvar la dignidad de España. Porque es cuestión de «ser o no ser».
  • Isabel María de los Mozos y Touya es profesora titular de Derecho Administrativo en la UVA.
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