Un niño, de 10 años, con discapacidad cognitiva se convirtió este miércoles en el protagonista de la audiencia general celebrada por el Papa Francisco, al separarse de su madre, subir al escenario y pedir a toda costa el solideo del pontífice.
Al inicio de la audiencia, el niño subió solo donde el papa da su catequesis los miércoles y, tras intercambiar algunas palabras con el pontífice, también se sentó durante un momento en la silla reservada al regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza.
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