La monja colombiana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en Mali en febrero de 2017 y liberada el pasado 9 de octubre, contó este viernes la crudeza de su cautiverio, en el que incluso tuvo amarrada una bomba al cuello y del que trató de escapar tres veces sin éxito.
La monja de 59 años realizaba su labor humanitaria y de evangelización en el continente africano en Benín y posteriormente en Mali.
En diciembre de 2018 el grupo yihadista Nusrat al Islam wal Muslimin (grupo de apoyo al islam y a los musulmanes), activo en la región del Sahel y aliado con Al Qaeda, publicó el nombre de cinco rehenes que tenía secuestrados, entre ellos la monja colombiana.
En Mali actúan distintos grupos yihadistas que tienen entre sus blancos al ejército regular y las fuerzas de la misión de la ONU (Minusma), y que recurren a secuestros para obtener fondos o liberaciones de sus miembros encarcelados.
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