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20 de abril de 2024

Esperanza Ruiz

No me quites el Rock and Roll

Aparentemente mi rock and roll sigue aquí y lo demás también. Pero ahora todo me lleva a una idea –que no es ninguna novedad y que además es espiritual–: Jesús hace todo nuevo

Actualizada 04:34

Seguro que les ha pasado alguna vez. De repente tienen una nueva circunstancia en su vida y todo se confabula alrededor de ella. Es frecuente el caso de mujeres que se quedan embarazadas y comienzan a ver a otras en su misma condición por doquier. Igual si están pensando en comprarse un coche determinado. La explicación neurofisiológica está en el Sistema Reticular Activador Ascendente, que fija nuestra atención en aquello que nos (pre)ocupa. Algo así como si instalara cookies en nuestro cerebro y los dichosos algoritmos nos presentaran continuamente las «búsquedas relacionadas».
Les cuento esto porque me ronda una idea y mi sistema reticular me lleva a ella continuamente. La primera intuición –que no es ninguna novedad y que además es espiritual– la tuve hace meses y su desenlace lógico es la Navidad, el nacimiento de Cristo.
Permítanme un pequeño circunloquio antes de entrar en materia. Hablaba hace un tiempo con un conocido periodista sobre el talento que albergan ésta y otras cabeceras. Sintiéndome abrumada por la calidad de algunas firmas, el plumilla se vio en la necesidad de reconfortarme y me explicó que cada uno teníamos nuestras fortalezas y que yo tenía… rock and roll.

Como un artículo de opinión no es el lugar para hacer pornografía espiritual, sólo les diré que todos ansiamos un cambio hasta que nos piden que todo cambie

Tras esta pequeña pausa publicitaria les ahorraré mis devaneos con la Verdad y mi búsqueda, a veces errática, pero siempre sedienta de la Belleza. Lo importante es que esta inquietud me llevó a vérmelas con el Espíritu Santo. Acompañada y asesorada, comprendí que no tenía escapatoria, que me pedía barrer debajo de las alfombras. Como un artículo de opinión no es el lugar para hacer pornografía espiritual, sólo les diré que todos ansiamos un cambio hasta que nos piden que todo cambie. Entonces, ay, amigos: Virgencita, que me quede como estoy.
Venciendo mi conservadurismo –preferí dejar de ser reaccionaria en tales circunstancias, por si las moscas– le dije que bueno, que pasara, que bienvenido a casa, que se pusiera cómodo pero que tampoco se tomara muchas confianzas. Y le pedí, eso sí, que por lo menos, no me quitara el rock and roll.
Y no pasó nada. Aparentemente mi rock and roll sigue aquí y lo demás también. Pero ahora todo me lleva a una idea –que no es ninguna novedad y que además es espiritual–: Jesús hace todo nuevo.
Y, como las embarazadas viendo muchas mujeres embarazadas por doquier, yo no es que sólo vea Apocalipsis 21,5 everywhere, es que creo que no puede haber mejor claim.
En ese maravilloso artículo en el que la esperanza se desborda –publicado hace unos días en Omnes el autor, Borja Mora-Figueroa, utiliza una expresión que refulge: «el nacimiento de Jesús parte nuestra historia en dos». Lo hace con la de la humanidad, desde luego. Pero no sólo con la que escribiríamos con mayúsculas si la RAE tuviera sentido común, sino con la personal de cada uno. Sin casos perdidos, sin almas rotas, sin vidas irrecuperables. Con una posibilidad siempre. La de que todo sea nuevo.
El momento es también recogido en la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson. Véanlo. Grábenlo en su mente y reprodúzcanselo ahí a menudo. «¿Ves, madre? Yo hago nuevas todas las cosas».

Jesús ya ha hecho nuevos a nada menos que a una docena de hombres con sus corazones duros, sus formas rudas y sus cabezas tozudas, además de a una mujer de vida alegre

No puedo ponerle sanción papal a este consejo pero esa imagen repetida con recogimiento y atravesando el corazón encendido debe ser una oración más poderosa que cincuenta Rosarios desganados. Apoyo mi propia moción con la sabiduría de García-Máiquez: «De San Ignacio de Loyola a San Josemaría Escrivá de Balaguer, los maestros de oración han propuesto introducirse en la escena, aprovechando la inconcreción, para imaginar detalles que la hagan más viva y nos conmuevan más».
Probablemente ya la conocen. The Chosen es una serie que se ve en su propia aplicación y se va financiando con aportaciones de los espectadores. De momento han conseguido filmar dos temporadas, pero prevén siete. Esperemos que lo logren aunque, con lo que hay hasta el momento, Jesús ya ha hecho nuevos a nada menos que a una docena de hombres con sus corazones duros, sus formas rudas y sus cabezas tozudas, además de a una mujer de vida alegre. No les destripo nada pero les pregunto qué no hará con nosotros si se lo pedimos.
Y, por último, la felicitación de Navidad de la Universidad de Navarra de este año. Una mujer con los cabellos color de viento antiguo, manos de tierra, sucia de barros y dueña de la primera mirada, es despedida esbelta, bella y luminosa tras acercarse a la cuna, llorar infinitamente y dejarle al Niño sus miserias.
Pienso en los dos años agotadores de pandemia, en las terribles noticias de los crecientes casos de suicidios, en la sed de esperanza, en las vidas alienadas y en un porvenir desilusionante que deja poco a la imaginación. Quizá sea mi Sistema Reticular Activador Ascendente o quizá sea que hemos llegado demasiado lejos como sociedad transitando barrizales pero creo que la única alternativa es el cambio personal. Que algunas almas ardiendo, nuevas, transformadas y traspasadas por la Verdad difracten la luz que balice nuestros caminos en penumbra y nuestras horas cansadas.
Estamos en Pascua, no hay mejor momento. Él acaba de nacer y ha partido la historia en dos. Pídanselo. Que les haga nuevos. Sin miedo, nadie les va a quitar el rock and roll.
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