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29 de marzo de 2024

La oración, como diálogo con Dios, es una relación que se renueva día a día

La oración, como diálogo con Dios, es una relación que se renueva día a díaCathopic

¿Cómo aprender a orar? La ACdP edita un libro con algunas pautas clave

La oración activa, comunitaria, contemplativa y mental, nos acerca a Dios de distintas formas

La oración es una de las vías en las que Jesús se hace presente en nuestra vida. En la obra de José Luis Gutiérrez García El mandamiento de la oración a Dios debida, editado por la Asociación Católica de Propagandistas y distribuido por CEU Ediciones, se recogen algunas pautas fundamentales para acercarnos a este misterio que tantas abundancias regalan a quienes la practican con frecuencia.
«En este libro se puede encontrar un itinerario altísimo, fino y delicado que nos lleva, casi sin querer, como por connaturalidad, a la contemplación de Dios». Con estas palabras, el arzobispo emérito de Burgos, Fidel Herráez, nos introduce en una obra práctica que recoge las escrituras y el Magisterio de la Iglesia en relación con la oración.
Rezos a la Santísima Trinidad, al Padre eterno, a Jesús –que fue verdadero Dios y verdadero hombre–, así como al Espíritu Santo nos colocan en la sintonía del cuerpo místico de la Iglesia, del que todos formamos parte y que cobra una especial relevancia cuando una comunidad orante intercede por sus miembros.

Un juego de miradas

Dos miradas simultáneas, la mirada hacia Dios y la mirada hacia sí mismo, «la del asombro y la de la vergüenza», confluyen en un momento de relación con el Señor, Uno y Trino. «La primera es la predominante y absorbente; la segunda, introspectiva, cae sobre la inmundicia de los pecados personales». Con estas claves, Gutiérrez García, periodista del diario YA en los años 60 y miembro del Pontificio Consejo para la Familia, nos recuerda la importancia de es juego ad intra y ad extra para encontrar el eco de Dios en nuestra vida, en nuestros actos, en nuestras omisiones y en nuestros desprecios.
En un mundo como el nuestro, donde se pone duda toda verdad dogmática, toda relación con lo trascendente, Gutiérrez García nos ofrece un manual que, en plena conexión con la tradición de la lex orandi y la lex credenci, tal y como se recoge en el epílogo hecho contraportada de la obra, nos lleva a la adoración y a la celebración de un Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Trinidad en definitiva que nos habita y hace de nosotros templos vivos para su gloria y alabaza.
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