
San César de Bus: una vida dedicada a la catequesis
San César de Bus: el ejemplo a seguir de todos los catequistas
Fundador de los doctrinarios, su obra fue arrasada por la Revolución Francesa, pero ya se había extendido por Italia y Brasil
La ciudad eterna esconde historias increíbles en cada rincón. Como la iglesia de Santa María in Monticelli, donde descansan los restos mortales del santo francés César de Bus, que vivió en el siglo XVI y murió en 1607 en Avignon.
Fundador de la Congregación de Sacerdotes Seculares de la Doctrina Cristiana, más conocidos como doctrinarios, su obra fue arrasada por la Revolución francesa, pero ya había llegado a Italia y Brasil. Canonizado el pasado 15 de mayo (de 2022), César de Bus es considerado el patrono de los catequistas modernos.
«Hacer la doctrina cristiana era algo que implicaba no sólo la mente, sino también el corazón, las manos, toda la persona» explica el padre Sergio la Pegna. El Papa Francisco así lo manifiesta también en la actualidad: el catequista ha de ser quien sale al encuentro de los demás con la mente, con el corazón y con las manos... para experimentar la Iglesia.
El milagro que permitió su canonización fue la gracia concedida a una joven de 25 años, hospitalizada en Salerno por una hemorragia cerebral a la que se le diagnosticó una meningitis fulminante. La Pegna cuenta que se creó una cadena de oración: «Tanto en el hospital como en la iglesia, todas las noches rezaban pidiendo la curación por intercesión del beato César. De la noche a la mañana la situación se resolvió». La joven despertó y lo primero que pidió fue un cigarrillo, ya que según apunta este sacerdote «era una persona a la que le gustaba mucho fumar».