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04 de mayo de 2024

Lemaitre fue quien empezó a hablar del "huevo cósmico" o la "teoría del átomo primigenio". Fue el primero en proponer la teoría de la expansión del Universo que hoy en día se conocen como las leyes de Hubble, por el físico estadounidense Edwin Hubble. Es por esto que muchos expertos lo consideran ahora como uno de los científicos y físicos más importantes del siglo XX. "No es solo el padre del Big Bang. Creo que es el padre de la cosmología moderna", señaló John Farrell, biógrafo de Lemaitre. Ciencia y religión Es imposible entender quién era George Lemaitre y cómo cambió lo que sabemos del mundo, sin reconocer que su ciencia y su fe fueron una parte integral e inseparable de su vida. De hecho, tal y como Farrell lo presenta, su vocación por las dos cosas empezó al mismo tiempo y evolucionó en paralelo. "Desde muy temprano mostró que era precoz en matemáticas y antes de que cumpliera 10 años le dijo a sus padres que quería hacerse sacerdote", le dijo Farrell a la BBC. Peor fue su experiencia en la Primera Guerra Mundial, que lo que convenció de convertirse en sacerdote. Albert Einstein FUENTE DE LA IMAGEN,AP Pie de foto, Einstein se mostró impresionado por las idea de Lemaitre. Se cuenta que entre batallas, Lemaitre leía una copia del génesis y el trabajo del físico francés Henri Poincaré. "Conocí a varias personas que coincidieron con Lemaitre en las trincheras", contó el filósofo científico Dominic Lamberth. "Y me dijeron que era muy extraño ver a un soldado que estudiaba ecuaciones con el libro de Poncaré". Después de la guerra, el joven Lemaitre siguió sus estudios de matemática y física, y completó su preparación para ordenarse como sacerdote. El mismo año que fue ordenado, en 1923, ganó una beca para estudiar con Eddington en el observatorio de la Universidad de Cambridge. "Eddington jugó un papel importante para traer al mundo la teoría de la Relatividad (de Einstein)", explicó Mark Hurn, bibliotecario del observatorio. "Einstein era visto como una persona oscura y metafísica y no muy integrada a la comunidad científica. Pero Eddington ofreció evidencias de la relatividad". Según los expertos, el año que pasó en Cambridge fue crucial para que Lemaitre diera una respuesta a la que quizás es una de las preguntas más importantes sobre el Universo: ¿cómo se originó? Un año más tarde viajó a Harvard y al MIT, en Massachusetts, EE.UU., para terminar su doctorado. Cuando regresó a Bélgica, Lemaitre era una de las pocas personas en el mundo que tenía un conocimiento profundo de las nuevas ideas "esotéricas" de Einstein sobre física. "En la Universidad Católica de Lovaina, Lemaitre daba cursos de relatividad general y cosmología" señaló Lamberth "Lemaitre era una persona muy modesta y nunca hizo mucha publicidad de sus resultados. Por ejemplo, dio con la teoría de Hubble dos años ante que él, y durante toda su carrera, llamó a estas leyes, las leyes de Hubble". Teoría del átomo primigenio Lemaitre fue pionero en ofrecer una concepción nueva del cosmos. Y llamó a su idea la "teoría del átomo primigenio", lo que hoy conocemos como la teoría del Big Bang. Rayos cósmicos FUENTE DE LA IMAGEN,NASA La idea de Lemaitre estaba enterrada en una de las ecuaciones de Albert Einstein, pero disentía de las conclusiones que el científico alemán había sacado de su propio trabajo. "Einstein descubrió las ecuaciones de la relatividad general que definen cómo se comporta la gravedad", explicó para el programa de radio de la BBC "Stories in Sound" el sacerdote y científico John Polkinghorne. "Pero pensó que el Universo debía ser estático, que no podía cambiar. Mientras que Lemaitre concluyó que el Universo estaba cambiando todo el tiempo, que se estaba expandiendo". A partir de esa premisa el Universo tenía una historia, no era eterno. Un trabajo que contradecía la Teoría del Estado Estacionario, que también se formuló en el siglo XX. "De acuerdo con este modelo, el Universo siempre ha existido", explicó Wilkinson. "Y si bien el Universo se expande, lo hace con la creación de pequeños pedazos de materia entre las galaxias, al contrario del Big Bang, donde todo empezó a partir de una gran expansión". Con el descubrimiento de radiación en el Universo, considerada como el eco del Big Bang, el trabajo de Lemaitre allanó el camino para tener una mirada alternativo del espacio. El experimento en México que puede ayudar a resolver el misterio de "los mensajeros del espacio" Para el sacerdote Belga, el Universo estaba lleno de "fuegos artificiales". El físico supo interpretar la constante cosmológica de Einstein en la forma que la hacemos ahora: como una aspiradora de energía que permea en todo el Universo. Y de muchas maneras pudo echar un primer vistazo a la formación de galaxias y las irregularidades del Universo. También fue el primero en demostrar que la idea original de Einstein sobre que el Universo no se expande, es imposible. Solo uno Fred Hoyle Pie de foto, A pesar de ser grandes amigos, Fred Hoyle fue uno de los grandes opositores de las teorías de Lemaitre. Lemaitre coincidió con Einstein en varias ocasiones y este se mostró impresionado con las ideas del cura belga. En una ocasión, se cuenta que después de que Einstein ofreció una clase, un miembro de la prensa le preguntó cuántas personas en la audiencia pensaba habían entendido lo que había dicho. "Casi seguro que solo una", respondió el científico alemán. Lemaitre estaba en la audiencia. Pero esto no quiere decir que Einstein aceptara con los brazos abiertos que estaba errado en sus conclusiones. Sin embargo, quizás el mayor opositor a la hipótesis de Lemaitre fue el astrónomo inglés Fred Hoyle, uno de los arquitectos del modelo del Estado Estacionario. De hecho fue Hoyle quien le dio su nombre a la teoría del Big Bang en una entrevista de radio para la BBC. "Era bastante despectivo del Big Bang", contó Wilkinson. Si bien Lemaitre era tan apasionado de la ciencia como de la religión, siempre fue contrario a mezclar estas dos disciplinas en un mismo proyecto. Se resistió a la idea de que la religión jugara un papel en el desarrollo de la ciencia, incluso cuando las teoría hablaban del origen del Universo como el Big Bang. Este sacerdote pensaba que era importante mantener una separación entre las ideas científicas y las creencias religiosas sobre la creación.

Imagen del telescopio James WebbJames Webb

Cuatro asteroides llevarán el nombre de Gregorio XIII y de tres jesuitas

El Observatorio vaticano, en Castel Gandolfo, explicó que «no se admiten nombres cariñosos ni de carácter comercial» para nombrar a los asteroides

la Unión Astronómica Internacional (UAI) ha elegido el nombre de tres astrónomos jesuitas y del papa Gregorio XIII para dar nombre a cuatro asteroides descubiertos recientemente, según informa el observatorio astronómico de la Santa Sede, situado en el palacio apostólico del Castelgandolfo.
Según la UAI, la asignación de un nombre a un asteroide, o los llamados también planetas menores que gravitan alrededor de una estrella, se lleva a cabo mediante un proceso que, en algunos casos, puede durar décadas, pues cuando se descubre un nuevo planeta menor se le asigna una fecha provisional de descubrimiento.
Cuando la órbita del objeto se determina de tal manera tal que su posición puede predecirse con fiabilidad en un futuro lejano (normalmente después de haber sido observado cuatro o más veces a medida que se aproxima a la Tierra), se le asigna un número definitivo y se invita a su descubridor a sugerir un nombre.
En esta ocasión cuatro de los nuevos asteroides han recibido el nombre de jesuitas que trabajaron para el Observatorio vaticano: « 562971 Johannhagen», en honor del Padre Johann Hagen (1847-1930) jesuita y director de esta institución desde 1906 a 1930; el de «551878 Stoeger» por el cosmólogo y jesuita Bill Stoeger (1943- 2014) y «565184 Janusz» por Robert Janusz que sigue trabajando en la «Specola».

Más de 30 asteroides

Mientras que el asteroide '560974 Ugoboncompagni' lleva este nombre en honor de Ugo Boncompagni (1502-1585), Papa Gregorio XIII, que dirigió la reforma del calendario que ahora se usa en casi todo el mundo e inició la tradición de astrónomos y observatorios papales.
Más de treinta asteroides llevan llevan hoy el nombre de jesuitas como Clavius o el padre Giovanni Battista Riccioli (1598-1671), que desarrolló el sistema de nomenclatura de las diferentes áreas de la Luna, que se sigue utilizando hoy en día.
La Specola Vaticana explicó que «no se admiten nombres cariñosos ni de carácter comercial» y que «los derechos de denominación no pueden comprarse».
Son elegidos por un comité compuesto por quince astrónomos profesionales de todo el mundo relacionados con los planetas menores y los cometas.
Las búsquedas robóticas han descubierto miles de asteroides, por lo que se ha decidido limitar el número de los que reciben un nombre formal y la mayoría reciben sólo una designación numérica.
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