José María Zavala, el director de la película «Un ángel llamado Rebeca»
Entrevista | Periodista, escritor y director de cine
José María Zavala: «'Rebeca' es la película más especial que he rodado»
El cineasta aborda la vida de Rebeca Rocamora, una alicantina que falleció en 1996 a los 19 años en olor de santidad
Ha terminado su séptima película, «Un ángel llamado Rebeca», que llegará a la cartelera de los cines el próximo 26 de abril. José María Zavala, periodista, escritor y director de cine, se ha sentido absolutamente fascinado por la figura de Rebeca Rocamora Nadal, que nació en el pequeño municipio alicantino de Granja de Rocamora en 1975 y murió de cáncer poco antes de cumplir los 20 años de edad.
– ¿Y qué es exactamente lo que le fascinó de Rebeca?
– Era una chica joven, de andar por casa, nacida en un pueblo que casi ni aparece en los mapas. Una chica de pueblo, sin decirlo peyorativamente. Supo ser feliz en medio del sufrimiento, haciendo felices a los demás.
– ¿Su vida fue dura?
– Fue diagnosticada de un tumor cerebral con solo diez años. Y desde entonces, aunque parezca mentira, no dejó de sonreír. A las numerosas personas que iban a visitarla, ella les preguntaba por sus familiares, por su estado de salud, por su trabajo, pero jamás permitió que le preguntaron a ella qué tal estaba. Y si en algún momento se lo preguntaban, ella desviaba la conversación.
La película «Un ángel llamado Rebeca» se estrena en cines el 26 de abril
– Falleció con 19 años...
– …y con una sonrisa en los labios el día de Pentecostés, que no es un día cualquiera. Ahora está en proceso de canonización. De hecho, monseñor Munilla, cuando tomó posesión de la diócesis de Orihuela-Alicante, dice que se llevó una inmensa alegría al encontrarse con el proceso de canonización de Rebeca en marcha. Se está estudiando, de hecho, ya un milagro en Roma.
Un funeral «de Estado»
- ¿Pero pronto se empezó a hablar de su santidad?
– Bueno, la verdad es que ella tuvo fama de santidad en vida. No hay más que ver las imágenes que aparecen en la película porque, providencialmente, el padre de Rebeca, que era de una familia modesta, tuvo que emigrar a Panamá para encontrar un trabajo y dar de comer a su familia. Regresó de allí al cabo de unos meses con una cámara de Super8 y con ella –fue un gran acontecimiento en aquella época en el pueblo–, empezó a tomar imágenes. De manera que en este caso la realidad supera la ficción con creces, porque estamos viendo a la propia Rebeca desde que hace la Primera Comunión hasta que es confirmada; incluso hace la lectura en la misa.
– Una santa en Super8...
– Hay imágenes también de ella bañándose cuando se inaugura la piscina municipal en su pueblo, que es otro gran acontecimiento. La vemos ahí en traje de baño, sonriendo con sus amigas, una chica normal. Rebeca es una santa de la puerta de al lado, como dice el Papa Francisco.
Rebeca, en el centro, rodeada de varios amigos
– ¿Qué más imágenes han aprovechado para la película?
– Las de su funeral. Cuando ella fallece, aquello parece un funeral de Estado. Porque van miles de personas. Estábamos hablando de que Granja de Rocamora tiene 2.000 habitantes, y fueron varios miles más a sus exequias. Hay centenares de coronas de flores que son portadas por las calles del pueblo. Las imágenes son impresionantes. Hablan por sí solas.
– Ha mencionado antes un milagro por intercesión de Rebeca que ya está en estudio: el de una religiosa que obtuvo una sanación supuestamente milagrosa...
– Precisamente se llama la hermana Milagros.
– ¿Y cómo fue el milagro de la hermana Milagros?
– Lo cuenta el postulador del proceso de canonización, el padre José Cristóbal Moreno. Esta mujer iba a ser sometida a una operación muy delicada. Estaba incluso en riesgo su propia vida. En la película entrevistamos a la hermana Milagros. No le dicen que su vida corre peligro antes de meterla en el quirófano para extirparle toda la mandíbula inferior. Pero finalmente, gracias a la intercesión de Rebeca, no es necesario llegar a operarla. La noche antes, ella empezó a supurar pus en cantidades ingentes. Ella lo lo explica muy gráficamente. Llegó a tirar pañuelos y pañuelos a la papelera llenos de pus. Al día siguiente, los médicos se quedaron estupefactos. Se había cerrado toda cicatriz. La religiosa no tenía ya la menor herida ni síntoma, nada externo de que haya tenido un tumor ni nada parecido. De manera que está curada hasta el día de hoy.
La alegría era el rasgo más distintivo de Rebeca
– Y los médicos lo atribuyen a algo absolutamente inexplicable, entonces...
– Sí, es inexplicable. A la luz de la ciencia se rinden a la evidencia los médicos y ella misma, que sí que le encuentra una explicación sobrenatural a a la intercesión de Rebeca, porque personas muy próximas a la monja la encomiendan con la estampa de Rebeca para la oración personal como Sierva de Dios que es. Y se produce el milagro.
– Ha dicho que uno de sus rasgos de Rebeca era la alegría. ¿Qué más rasgos ha descubierto en ella?
– La alegría, sí, fundamentalmente, la humildad, el sentido del sufrimiento. Como una chica joven de andar por casa. Sin hacer cosas extraordinarias, sino viviendo lo ordinario, llevando la cruz de cada día en su propia enfermedad. El hecho, por ejemplo, de que en su adolescencia hubiera compañeros suyos del colegio que se rieran de ella, sobre todo cuando perdió el pelo. Que alguna vecina del pueblo le dijera a su madre: «Oye, y tu hija, ¿por qué no lleva melena como mi hija? ¿Y por qué no lleva trenzas?» Estas cosas que suceden, que son tan crueles en esas edades y que ella no les daba ninguna importancia y ofrecía todas esas desavenencias por la salvación de las almas.
– Pronto la veremos en cines.
– Sí, a partir del viernes, 26 de abril. Es muy importante llenar los cines con este tipo de películas, porque los empresarios de las salas de cine no son Hermanitas de la Caridad. Si una cinta no funciona bien en taquilla, la quitan de la cartelera y se pierde la oportunidad de que muchas personas puedan beneficiarse de esta película que ya han visto algunos académicos amigos míos, compañeros del cine español, y han quedado verdaderamente deslumbrados. De mis siete películas, es la más especial. Ha sido un privilegio poder dirigirla.
Comentarios
