Una mujer es bautizada en Francia
Se disparan los bautizos de adultos en Francia (y las redes sociales tienen mucho que ver)
El número de adolescentes y mayores de edad que piden ser bautizados en el país vecino se ha duplicado en apenas dos años
En la racionalista Francia, en la descreída Francia, en la que antaño fue la «hija primogénita» de la Iglesia, se está dando desde hace unos años un hecho insólito: cada vez son más los adultos que solicitan el bautismo. Son los hijos de una generación de padres que, por primera vez en la historia, decidieron no bautizar a sus hijos para que «ellos decidan cuando sean mayores si quieren ser cristianos o no» y, muchos de ellos, han optado por serlo.
El sábado próximo, durante la celebración de la Vigilia Pascual, más de 10.300 adultos y en torno a 7.400 adolescentes serán bautizados en todo el país. Unas cifras que nunca antes se habían dado. Las cifras las proporcionó la Conferencia Episcopal de Francia el pasado jueves, y suponen 5.000 bautizados adultos más que en 2024, con un incremento del 45 %. El número de personas que solicitan el bautizo se ha duplicado en apenas dos años, y en 13 diócesis –tanto urbanas como rurales– han experimentado crecimientos superiores al 100 %.
Entrevista a monseñor Emilio Rocha Grande, arzobispo de Tánger
«Un marroquí que quisiera bautizarse... bueno, lo tiene muy, muy complicado»
¿Cómo se explica este fenómeno sin precedentes? Son varios los factores, pero uno es especialmente llamativo: El papel de las redes sociales para fomentar las conversiones es cada vez más importante, especialmente entre los jóvenes. De hecho, el grupo de edad donde esto se nota más es en el que comprende los 18 y los 25 años. El próximo sábado, 4.000 de ellos recibirán las aguas del bautismo, el doble que hace unos pocos años.
Según un estudio realizado por Famille Chrétienne y Aleteia entre casi 900 catecúmenos, el 78 % está influido por las redes sociales y el 84 % sigue a creadores de contenido cristiano. El 73 % de ellos tenía entre 17 y 35 años, y el 44 %, menos de 25. El 65 % no creció en una familia creyente, y la mitad de ellos descubrieron la fe «por sí mismos». Según las conclusiones del estudio, los jóvenes catecúmenos de entre 15 y los 18 años viven su fe por decisión propia y asiste a misa porque quieren, incluso, en ocasiones, sin la aprobación familiar.
