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El Papa León XIV

El Papa León XIV, con su cruz pectoral, saluda nada más ser elegidoStefano Spaziani

La cruz pectoral de León XIV porta una reliquia de un obispo asesinado en la Guerra Civil

Se trata de un regalo que le hizo su orden cuando fue creado cardenal hace dos años y que siempre ha llevado desde entonces

A pesar de que millones de ojos permanecían fijos en el cardenal Robert Prevost cuando salió a la logia de San Pedro convertido en León XIV, muy pocos se percataron de un detalle que hoy ha desvelado la Santa Sede: la cruz pectoral que portaba el nuevo Pontífice, y que fue el regalo que le hizo la orden a la que pertenece, los agustinos, cuando fue nombrado cardenal, lleva engarzada la reliquia de un obispo asesinado in odium fidei en la Guerra Civil española.

Se trata del beato Anselmo Polanco, también agustino y obispo de Teruel, «mártir de la persecución religiosa en España (1936-1939)», señala la agencia de comunicación del Vaticano. «Es el pastor que dio su vida hasta el final por las almas que le fueron confiadas. 'Mientras quede una sola alma en mi diócesis, me quedaré', afirmó. Y permaneció fiel a su pueblo y al Papa, fusilado por su testimonio de fe y por la fuerza de su palabra evangélica», detalla Vatican News.

El obispo de Teruel Anselmo Polanco, asesinado por su fe

El obispo de Teruel Anselmo Polanco, asesinado por su fe

Monseñor Anselmo Polanco fue martirizado a finales de la contienda, el 7 de febrero de 1939 en Can Tretze, de Pont de Molins (Gerona), con las tropas del Ejército Popular en retirada hacia Francia, sin ninguna justificación para asesinarle más que el odio a la religión. Tres días más tarde, las fuerzas franquistas concluían la ocupación de toda Cataluña.

Su regalo de cardenalato

La cruz pectoral del Papa fue un regalo que le entregó el postulador general de la orden agustina, Josef Sciberras, el día de su creación como cardenal, el 30 de septiembre de 2023. Desde ese momento, el cardenal Robert Prevost la llevaba siempre colgada de su cuello, y fue la misma con la que salió a la logia de San Pedro el pasado jueves, cuando fue elegido Papa.

La cruz pectoral de León XIV, junto al certificado de autenticidad de las reliquias

La cruz pectoral de León XIV, junto al certificado de autenticidad de las reliquiasVatican News

La cruz, según ha explicado el Vaticano, contiene las reliquias de cuatro santos más vinculados a la orden religiosa: el propio San Agustín; su madre, Santa Mónica; el venerable Giuseppe Bartolomeo Menochio, obispo de Porfirio (Italia), y otro español: Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia. «Hay un verdadero programa de santidad episcopal escondido en las insignias que lució el Papa el día de su elección, el 8 de mayo», asegura el Vaticano. «Los fragmentos óseos allí conservados pertenecen a testigos de santidad vinculados a la Orden Agustiniana que encarnan la fidelidad, la reforma, el servicio y el martirio», añade.

El beato Anselmo Polanco, OSA

Anselmo nace el 16 de abril de 1881 en el municipio palentino de Buenavista de Valdavia. Cursados los primeros estudios en la escuela del pueblo, ingresa en el Real Colegio Seminario Agustino de Valladolid, donde recibe el hábito agustiniano el 1 de agosto de 1896, de manos de su tío, el P. Sabas Fontecha.

Después de una temporada en Alemania formándose en cuestiones relacionadas con la educación, regresa a España para dedicarse a la dirección espiritual y a la enseñanza de Teología. En este tiempo ejerce durante unos años de Prior Provincial de la Provincia Agustiniana de Filipinas .

El reverso de la cruz pectoral de León XIV, con las cinco reliquias

El reverso de la cruz pectoral de León XIV, con las cinco reliquias

Como Prior Provincial visita las misiones agustinas de Filipinas, China, EE.UU, Colombia y Perú. Y es en China donde queda muy sorprendido cuando, en la misión de Lichow, oye por primera vez cantar a los chinos el Cantemos al Amor de los Amores en lengua castellana.

El Papa Pío XI le nombra, el día 21 de junio de 1935, obispo de la diócesis de Teruel y administrador apostólico de Albarracín, donde desarrolla una intensa labor pastoral.

Al estallar la Guerra Civil española, en 1936, decide voluntariamente quedarse en Teruel, acompañando a sus feligreses en esa situación de conflicto bélico y, en el caso de la Iglesia católica, de persecución religiosa. Todo se agrava entre el 15 de diciembre de 1937 y el 22 de febrero de 1938, cuando tiene lugar la batalla de Teruel. Monseñor Anselmo Polanco celebra, el día 1 de enero de 1938, su última misa en el seminario de Teruel y, el 8 del mismo mes, es apresado, permaneciendo arrestado durante trece meses.

La placa que recuerda el martirio del obispo y su vicario, en la cripta de la catedral de Teruel

Lápida que recuerda el martirio del obispo y su vicario, en la cripta de la catedral de Teruel

El 7 de febrero de 1939, con el resto de mártires del grupo, monseñor Anselmo es maniatado y llevado en un camión hasta Can Tretze, donde se les obliga a subir a pie hasta el lugar de suplicio. En tres tandas de fusilamiento caen los cuerpos al barranco. Entre ellos se encuentra también el del vicario general de su diócesis, el presbítero Felipe Ripoll. San Juan Pablo II eleva a ambos a los altares el 1 de octubre de 1995.

Detalle de la cruz pectoral con cuatro de las cinco reliquias

Detalle de la cruz pectoral con cuatro de las cinco reliquias

Santo Tomás de Villanueva

Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, que vivió entre los siglos XV y XVI, fue un reformador de la vida religiosa. «Es un modelo de pastor consumado para su rebaño, 'con olor a oveja, para utilizar la expresión tan querida del Papa Francisco'», añade el padre Sciberras. Tenía gran preocupación por los pobres y promovió las en el Nuevo Mundo. Gran teólogo, en 1550 fundó un seminario en Valencia, todavía activo hoy, antes de que el Concilio de Trento reglamentara la formación de los sacerdotes.

El entonces cardenal Prevost recibe la cruz del padre Josef Sciberras

El entonces cardenal Prevost recibe la cruz del padre Josef Sciberras

Un obispo contra Napoleón

El venerable Giuseppe Bartolomeo Menochio, obispo de Porfirio (Italia), agustino y prefecto del Sagrario Apostólico, sacristán papal desde 1800, tiene una interesantísima vida. Durante la invasión napoleónica, «se mantuvo firme en la fe y fiel también al Papa incluso en los momentos más difíciles», detalla la Santa Sede. «Personaje de referencia para la Iglesia de Roma, murió con fama de santidad el 25 de marzo de 1823. En 1991 Juan Pablo II reconoció el heroísmo de sus virtudes. Representa al pastor curial, es el único obispo que no quiso jurar fidelidad a Napoleón y que se gastó totalmente por el pueblo romano», añade.

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