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18 de abril de 2024

San Isidro en oración por Bartolomé González y Serrano

San Isidro en oración, por Bartolomé González y Serrano

Los milagros por los que san Isidro es santo y los otros cuatrocientos más que se le atribuyen

Al madrileño san Isidro, patrón de Madrid, se le llevó a los altares por cuatro prodigios

En torno al año 1082, nació Isidro, en Mayrit, aún quedaban tres años para que el rey Alfonso VI reconquistara la plaza.
Cinco milagros fueron los que le llevaron a los altares, sin embargo, al santo se le atribuyen 477 milagros más, es decir un total de 482.

Milagros que le hicieron santo

El primero de ellos se da cuando los comuneros del señor de Isidro, Juan de Vargas, le recriminan que no cumple bien su trabajo al pasar todos los días por la iglesia a rezar. Sin embargo, descubrieron que mientras él rezaba, los ángeles llevaban los bueyes de san Isidro para labrar la tierra.
San Isidro fue un hombre que mostró gran caridad y servicio a los más necesitados, precisamente, el segundo milagro que sirvió para su canonización, sucedió cuando se multiplicó la comida mientras la preparaba para los pobres y marginados.
En otra ocasión, Madrid sufría una grave sequía, lo que dificultaba las labores agrícolas; en los campos de Carabanchel, Juan de Vargas pidió agua a Isidro y éste golpeando la tierra con una azada encontró un manantial, en el lugar que dio origen a la ermita.
Milagro del manantial por Jusepe Leonardo

Milagro del manantial por Jusepe LeonardoWikimedia Commons

Además de su caridad hacia el prójimo, san Isidro, como buen hombre de campo también mostró un gran aprecio por los animales. Un día de invierno, cuando se dirigía al molino con un saco de grano encontró unos pájaros que no conseguían alimento, entonces el santo vació en el suelo la mitad del saco para los pájaros; una vez llegó al molino el saco seguía lleno.
El quinto milagro sucedió cuando Isidro y su mujer María rezaban ante un pozo por el que se había precipitado su hijo Illán, se trataba de un pozo de 27 metros de profundidad. Al matrimonio santo sólo le quedaba rezar por el alma de su hijo, no obstante, su fe tuvo una milagrosa respuesta: el agua se elevó hasta el brocal del pozo y flotando sobre el agua el niño ileso.

Otros milagros

La casa del matrimonio siempre estaba abierta a los más necesitados donde les ofrecían comida. Un día habiéndose terminado ya la comida, un pobre se acercó a su casa en busca de alimento. Consciente de que poco le podía ofrecer, Isidro dijo a su mujer que le diera lo que quedaba en la olla, santa María le indicó entonces que ya no quedaba. San Isidro insistió y ésta obedeció, consciente de que estaba vacía; pero para su sorpresa cuando llegó al hombre hambriento, la olla rebosaba.
Isidro trabajaba las tierras del señor Juan de Vargas, quien tenía una hija llamada María que era ahijada del santo. Juan de Vargas hizo llamar al santo pues su hija había fallecido, sin embargo, Isidro le dijo que no había muerto, que estaba dormida y tras orar junto a su lecho, la niña se levantó y comenzó a hablar con su padrino.
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