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28 de marzo de 2024

Inmaculada concepción

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Por qué la Inmaculada Concepción es la patrona de la Infantería española

En 1585 el Tercio Viejo de Zamora se encontraba sitiado por los rebeldes holandeses hasta que gracias a la intercesión de la Inmaculada, los infantes pudieron contraatacar

En 1585, tres años después de incorporar a la Corona los territorios portugueses gracias a la herencia de Felipe II; en el marco de la guerra de los Ochenta años, España se enfrentaba a las provincias rebeldes de Flandes.
La guerra de los Ochenta años, además de ser una contienda por la soberanía del territorio, también tenía un componente religioso, ya que ciertos sectores de las provincias rebeldes habían adoptado el calvinismo.
Los calvinistas provocaron la «Furia iconoclasta», que consistió en la destrucción de imágenes católicas en toda la región.
Imágenes destruidas durante la furia iconoclasta del siglo XVI en la catedral de San Martín, en Utrecht

Imágenes destruidas durante la furia iconoclasta del siglo XVI en la catedral de San Martín, en UtrechtWikimedia Commons

El milagro de Empel

Tras recuperar Amberes, el Tercio Viejo de Zamora, compuesto por 5.000 soldados comandados por Francisco Arias de Bobadilla, fue enviado el 2 de diciembre a tomar Bornmel.
La plaza que debía tomar el Tercio Viejo de Zamora se encontraba entre los ríos Mosa en el sur, Waal en el norte y Afgedamde Maas en el oeste.
Una vez tomada la zona, su posición fue sitiada por el conde de Holak bloqueando las vías fluviales con su escuadra. Esto provocó la escasez de víveres, que se sumaba al frío invernal y la humedad propia de la zona.
Ante esta complicada situación, los rebeldes ofrecieron a los españoles una rendición honrosa, sin embargo, el Tercio respondió: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos».
Ante la osada respuesta española, los rebeldes holandeses elevaron los diques para así inundar el emplazamiento. La única tierra firme que quedó fue el pequeño monte de Empel, donde se resguardó el Tercio.
El comandante Bobadilla tras la batalla, describiría así la pésima situación en la que se habían encontrado: «El hambre y el frío nos había postrado, y en esta solitaria isla parecía no haber lugar más que para la desesperación», pero ante esta situación apuntaba que «como buenos soldados españoles, no nos quedaba más que encomendarnos a Dios y luchar hasta la muerte».
Dispuestos los infantes a entregarse a la muerte, no sin antes combatir, comenzaron a cavar trincheras; uno de los soldados que cavaba se topó con una imagen de la Inmaculada Concepción enterrada donde cavaba su trinchera.
Francisco de Bobadilla escribió: «Ayer vino a verme un soldado. Temblando aún de emoción me comunicó que mientras cavaba una trinchera, había encontrado una tabla con la efigie de la Inmaculada Concepción. ¡Y pensar que creímos estar solos... ! Decidí pasearla en procesión, exaltando el ánimo de mis hombres.»
Milagro de Empel por Augusto Ferrer-Dalmau

Milagro de Empel por Augusto Ferrer-DalmauWikimedia Commons

Por su parte, el capitán y escritor toledano Alonso Vázquez, describió así el hallazgo de la imagen: «Estaba un devoto soldado español haciendo un hoyo en el dique para guardarse debajo de la tierra del mucho aire que hacía y de la artillería que los navíos enemigos disparaban, a las primeras azadonadas que comenzó a dar para cavar la tierra saltó una imagen de la limpísima y pura Concepción de Nuestra Señora».
El milagroso encuentro ocurrió la noche del 7 de diciembre de 1585, tras encomendarse el Tercio a la Inmaculada, a los infantes solo les quedaba esperar la muerte.
Sin embargo, la intercesión de la Inmaculada tornó la suerte de los españoles, esa misma noche sopló un inusual viento frío que congeló las aguas que sitiaban a los españoles.
Así, en la madrugada del 8 de diciembre el agua del río Mosa quedó congelada, lo que provocó la inmovilidad de los buques rebeldes y brindó la oportunidad perfecta a los infantes.
Fotomontaje "Batalla de Empel, 1585" de Jordi Bru

Fotomontaje «Batalla de Empel, 1585» de Jordi BruTwitter

Entonces el Tercio protagonizó una de sus famosas encamisadas; marchando sobre el hielo, los españoles asaltaron los buques rebeldes, obteniendo una gran victoria sobre los rebeldes.
Bobadilla describió así la milagrosa victoria del Tercio: «Esta mañana, los ríos han amanecido helados. La escuadra enemiga, atrapada entre los hielos, ha sucumbido al terrible empuje de nuestra Infantería. Sobre este gélido rincón de Flandes, los hambrientos y valerosos soldados del Tercio Viejo se han cubierto de gloria mientras vitoreaban a su Virgen».
Ante este milagroso hecho, el almirante rebelde, Felipe de Hohenlohe-Neuenstein, declaró: «Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro».
Desde aquél día, unos trescientos años antes de que Pío nono declararse el dogma de la Inmaculada, los Tercios se encomendaron a la Inmaculada Concepción, convirtiéndose hasta hoy en la patrona de la Infantería española.
La Inmaculada concepción en la revista del arma de infantería memorial de infantería nº7

La Inmaculada concepción patrona del arma de infantería Memorial de infantería nº7publicaciones.defensa.gob.es

El dogma

Los padres de la Iglesia al contraponer la figura de María a la de Eva en relación con la caída y la reparación del género humano, estaban sembrando la semilla del dogma.
Ya el escolástico Beato Juan Duns Escoto defendió teológicamente este dogma a finales del siglo XII cuando enseñaba teología en la universidad de París.
En la universidad parisina, la cuestión sobre la concepción inmaculada de María había sido resuelta de forma negativa; no fue hasta que llegó Escoto que se defendió la Inmaculada Concepción.
La voz discordante del escolástico propició un debate público del cual salió triunfante y en el que le opusieron doscientos argumentos, que él refutó y pulverizó después de recitarlos uno tras otro de memoria.
Pio IX

Pio IXWikimedia Commons

Fue el 8 de diciembre de 1854 cuando Pío IX declaró definitivamente el dogma de la concepción inmaculada de la Virgen.
En la bula Ineffabilis Deus, Pío nono declaró, proclamó y definió «que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser, por tanto, firme y constantemente creída por todos los fieles».
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