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17 de mayo de 2024

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Miriam Rose Ungunmerr-Baumann, mujer del año en Australia en 2021Facebook

¿Cómo anuncian los aborígenes de Australia su fe? la educadora Miriam Rose Ungunmerr tiene el secreto

En las comunidades aborígenes de Australia también hay vida eclesial y cada asamblea, cada reunión, cada encuentro eclesial de personas se vive a partir de un estilo de relación con el prójimo propio de su cultura: es el espíritu del Dadirri («escucha profunda»)

Más allá de Europa y sus concéntricos problemas eclesiales, también hay Iglesia y también hay testimonio cristiano más allá de ella, tal y como se puede comprobar en las Antípodas, según la promesa de Cristo de llevar su palabra a los confines del mundo.
En las comunidades aborígenes de Australia también tienen vida eclesial y cada asamblea, cada reunión, cada encuentro eclesial de personas se vive a partir de un estilo de relación con el prójimo propio de su cultura: es el espíritu del Dadirri (que significa «escucha profunda»).

La relación con el prójimo

Esta actitud, que caracteriza la relación con el prójimo, permite un desarrollo fructífero de las asambleas, es la base del «caminar juntos» y representa un rasgo de sinodalidad que siempre se ha vivido en esas comunidades.
En concreto, Dadirri procede de la tribu aborigen Ngangikurungkurr, que lo utiliza para indicar «escucha interior profunda y conciencia silenciosa». El Dadirri fue dado a conocer por primera vez a todas las comunidades eclesiásticas australianas por una anciana aborigen católica de Daly River, Miriam Rose Ungunmerr-Baumann, y desde entonces ha ayudado a muchos creyentes australianos no aborígenes a adentrarse en la cultura aborigen y a beneficiarse en sus relaciones con el prójimo.

No hay necesidad de palabras. Gran parte del Dadirri es escucharMiriam Rose

En declaraciones a Agencia Fides, Miriam Rose señala: «Ngangikurungkurr significa ‘sonidos de las aguas profundas’. Ngangikurungkurr es el nombre de mi tribu. La palabra puede dividirse en tres partes: Ngangi que significa palabra o sonido; Kuri que significa agua y kurr que significa profundo. Por ello, el nombre de mi pueblo significa ‘sonidos de las aguas profundas’ o ‘sonidos de las profundidades’. Como su propio nombre indica, mi pueblo bebe del manantial profundo que llevamos dentro”, explica. De los aborígenes se dice y se sabe a menudo que tienen un respeto sagrado por la naturaleza. Pero hay otra cualidad especial, que quizá sea el mayor regalo que podemos hacer a nuestros conciudadanos australianos. Esta cualidad se llama Dadirri. Es la escucha interior, profunda y silenciosa, la conciencia íntima. «Con Dadirri, reconocemos la fuente profunda que hay dentro de nosotros. Cuando experimento el Dadirri, vuelvo a estar en paz conmigo mismo, soy uno, estoy completo. Puedo sentarme en la orilla del río o pasear entre los árboles, o estar en compañía de otros, encontrando la paz en esta conciencia silenciosa. No hay necesidad de palabras. Gran parte del Dadirri es escuchar».
La mujer comparte algunos rasgos de la cultura aborigen: «Somos gente de río. No podemos meter prisa al curso del río. Debemos movernos con su corriente y comprender sus modos. También esperamos el movimiento de Dios. Su tiempo es el momento adecuado; sabemos que situándonos en el tiempo y el espíritu de Dadirri, de escucha profunda, Su camino y Su voluntad serán claros».
«Durante siglos –continúa– hemos escuchado historias que se contaban unos a otros. Se cuentan y se cantan, una y otra vez, a medida que pasan las estaciones. Todavía hoy nos reunimos en torno al fuego y escuchamos juntos las historias sagradas. A medida que envejecemos, nosotros mismos nos convertimos en narradores. Transmitimos a los jóvenes todo lo que necesitan saber. Las historias y las canciones se hunden silenciosamente en nuestras mentes y las conservamos en lo más profundo. En las ceremonias celebramos la conciencia de que nuestra vida es sagrada. El camino contemplativo de Dadirri se extiende a toda nuestra vida. Nos renueva y nos trae paz. Nos hace sentir de nuevo completos, llenos del Espíritu de Dios».

Dadirri les enseña a tener una profunda escucha interior y a ser conscientes del espíritu de Dios en el 'aquí y ahora'Peter Woodruff

A la manera aborigen, se aprende a escuchar desde los primeros días de vida. «No podríamos vivir una vida buena y útil si no escucháramos. Para nosotros, ésta es la forma normal de aprender: escuchar en lugar de hacer preguntas. Aprendemos observando y escuchando, esperando y luego actuando. Nuestro pueblo nos ha transmitido esta forma de escuchar durante más de 40.000 años», relata.
La mujer señala que «Dadirri es también saber vivir en la espera. La cultura aborigen nos ha enseñado a estar quietos y esperar. No intentamos precipitar las cosas. Dejamos que sigan su curso natural, como las estaciones. No hay nada más importante que el presente. Escuchamos y esperamos también a que Dios nos haga comprender y a que su Palabra sea un regalo para nuestras vidas».

Un don para toda la Iglesia

Como explica el misionero de San Columbano, el padre Peter Woodruff, que vive en Australia, los aborígenes están sincronizados con el flujo natural de las estaciones, con el tiempo de la tierra, la flora y la fauna que les rodea. En los tiempos de la naturaleza, nada puede apresurarse o acortarse en la creación de Dios: una flor florece cuando es su momento, no necesariamente cuando el hombre lo desea.
Mientras que los valores occidentales de productividad y eficacia suelen determinar lo que «debería» ocurrir en un determinado periodo de tiempo (por ejemplo, la reunión debería empezar a las 14:00 y terminar a las 15:00), los indígenas son capaces de empatizar con lo que ya está ocurriendo a su alrededor. «En este sentido, están más abiertos al regalo del ahora, del presente, y en el presente es donde habita Dios. Dadirri les enseña a tener una profunda escucha interior y a ser conscientes del espíritu de Dios en el 'aquí y ahora' y, lo que es igual de importante, a estar en absoluta sintonía con Él, con los tiempos de Dios que no son los tiempos del hombre».
El misionero Peter Woodruff concluye: «Muchos de nosotros hemos aprendido a meditar, pero Dadirri ofrece un linaje de escucha profunda que se ha transmitido durante generaciones y forma parte intrínseca de la vida». Junto a la escucha profunda de Dios, «el Papa Francisco ha querido profundizar en la tradición de la escucha profunda en el cristianismo y ha subrayado su importancia en la relación entre los seres humanos», señala. El Daidirri es un don que los aborígenes viven en su vida cotidiana y aportan a toda la Iglesia.

Miriam Rose Ungunmerr Baumann

Miriam Rose Ungunmerr Baumann, mujer del año 2021 en Australia, es una reconocida artista y educadora aborigen que se dedica a crear un futuro brillante y satisfactorio para los niños y jóvenes aborígenes. Fue la primera maestra aborigen completamente calificada en el Territorio del Norte y es la fundadora de la Fundación Miriam Rose. Miriam Rose habla cinco idiomas locales además del inglés.

Miriam Rose ha sido aclamada por su serie de pinturas, The Australian Stations of the Cross y sus ilustraciones en el libro de Alan Marshall «People of the Dreaming».

Nacida en la selva cerca del río Daly, Miriam Rose es miembro del grupo lingüístico Ngangiwumirr. Cuando Miriam Rose tenía alrededor de cinco años, la pusieron al cuidado de su tía Nellie y su tío Attawoomba Joe, un legendario rastreador policial. Posteriormente, Miriam Rose se mudó con su tía y su tío a vivir en estaciones de policía ubicadas en Adelaide River, Pine Creek y Mataranka, donde asistió a escuelas públicas. Mientras mantenía su educación cultural tradicional para «leer el país», continuó aprendiendo de las páginas de sus libros de texto.

A la edad de 14 años, Miriam Rose regresó a su hogar en Daly River y continuó su educación en la escuela de la misión St Francis Xavier, donde fue bautizada como católica.

Miriam Rose realizó un curso de asistentes de maestros en Kormilda College en Darwin y se convirtió en asistente de maestros en la escuela misionera St Francis Xavier en Daly River. En 1971, apasionada por la enseñanza y la educación, regresó a Kormilda para realizar una formación docente. Fue durante este tiempo que Miriam Rose se interesó mucho por la pintura. En 1974, el Gobierno de la Commonwealth patrocinó una adscripción a Victoria, lo que le permitió trabajar con profesores de arte en escuelas no indígenas donde utilizó el arte como un medio para alentar a los niños a expresarse.

En 1975, Miriam Rose regresó a Daly River como la primera maestra aborigen completamente calificada del Territorio y durante muchos años ocupó el cargo de Consultora de Arte en la Rama de Servicios Profesionales del Departamento de Educación del Territorio del Norte. Durante este tiempo visitó escuelas en todo el Territorio y promovió la inclusión de las artes visuales como parte de la educación de todos los niños.

Miriam Rose también vio la necesidad de más maestros aborígenes para trabajar con niños en edad escolar no aborígenes. Se comprometió profundamente a garantizar que los aborígenes tuvieran la oportunidad de convertirse en maestros calificados y administrar sus propias escuelas. Ella alentó a otras mujeres de Daly River a estudiar para convertirse en maestras e inició un programa de educación docente en áreas remotas muy exitoso. Fue durante este tiempo que la escuela St Francis Xavier fue completamente atendida y administrada por aborígenes.

Miriam Rose continúa defendiendo que la educación es un asunto de toda la comunidad y debe adaptarse para satisfacer las necesidades aborígenes contemporáneas.

En 1988, Miriam Rose recibió una Licenciatura en Artes de la Universidad de Deakin y dos años más tarde, comenzó a capacitarse como directora de escuela. Para 1993, Miriam había obtenido una licenciatura en Educación y fue nombrada para el puesto de Directora en la Escuela St. Francis Xavier en Daly River. Más tarde pasó a obtener su Maestría en Educación, con una alta distinción. El enfoque de trabajo de su maestría fue la integración de la educación tradicional y occidental para niños y adultos aborígenes.


En 1998, Miriam Rose fue nombrada miembro de la Orden de Australia, por sus servicios a la educación y el arte aborígenes, y sus servicios a la comunidad Nauiyu. Además de todo su trabajo en la educación y las artes, Miriam fue miembro durante mucho tiempo del consejo comunitario local y pasó muchos años en el cargo de presidenta.


La Orden de Australia de Miriam fue seguida más tarde por un mayor reconocimiento cuando recibió un doctorado honorario de la Universidad del Territorio del Norte. Esto fue en reconocimiento a su destacado servicio y contribución al Territorio del Norte en los campos de las artes y la educación.
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