Roda de Isábena es la localidad más pequeña de España que tiene una sede catedralicia. Se construyó en el siglo XI bajo el patrocinio del conde de Ribagorza, pero tan solo cincuenta años después fue destruida por el hijo de Almanzor, Abd-al Malik. Poco después, Sancho III el Mayor emprendió su reconstrucción, esta vez, a la moda italiana, al estilo románico lombardo. Técnicamente ya no es catedral, porque en 1149 el obispado se traslada a Lérida, que acababa de ser reconquistado.