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07 de mayo de 2024

Pope Francis arrives to his weekly general audience in St. Peter's Square at The Vatican Wednesday, June 15, 2022.  *** Local Caption *** .

El papa Francisco saluda a los fieles en la Plaza de san Pedro antes de su audiencia general de los miércoles .GTRES

Audiencia del Papa Francisco

«Debemos sentir la responsabilidad de visitar a los ancianos, que a menudo están solos»

«La vida siempre es valiosa. Jesús, cuando ve a la anciana mujer enferma, la toma de la mano y la sana, la toma de la mano y hace que se levante», ha subrayado el Papa Francisco

Un Papa anciano ha vuelto a mostrar su cercanía con los ancianos a través de sus problemas de rodilla, que le hacen tan vulnerable como ellos, durante su catequesis en la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.
En su discurso ha explicado que «cuando eres anciano, ya no mandas sobre tu cuerpo. Es necesario aprender a elegir qué hacer y qué no hacer. El vigor del cuerpo falla y nos abandona, aunque nuestro corazón no deja de desear. Por eso es necesario aprender a purificar el deseo: tener paciencia, elegir qué pedir al cuerpo, a la vida».

En el centro de atención

Por eso, les ha invitado a cultivar «la responsabilidad de servir» a pesar de su edad y que venzan «la tentación de ponerse a un lado», de descartarse a sí mismos de la vida.
«También como ancianos se puede, es más, se debe servir a la comunidad. Está bien que los ancianos cultiven todavía la responsabilidad de servir, venciendo a la tentación de ponerse a un lado», ha señalado Francisco, después de que en los días pasados surgieran rumores de su posible renuncia.
«Si los ancianos, en vez de ser descartados y apartados de la escena de los eventos que marcan la vida de la comunidad, fueran puestos en el centro de la atención colectiva, se verían animados a ejercer el valioso ministerio de la gratitud hacia Dios, que no se olvida de nadie», ha añadido el Papa.

La vida siempre es valiosa

También afirmó que «la enfermedad pesa sobre los ancianos de una manera diferente y nueva que cuando uno es joven o adulto. Es como un golpe duro que se abate en un momento ya difícil. La enfermedad del anciano parece acelerar la muerte y en todo caso disminuir ese tiempo de vida que ya consideramos breve. Se insinúa la duda de que no nos recuperaremos y de que esta vez será la última que me enferme». Sin embargo, el papa ha vuelto a insistir en el valor de la vida personal frente a Jesús:
«La vida siempre es valiosa. Jesús, cuando ve a la anciana mujer enferma, la toma de la mano y la sana: el mismo gesto que hace para resucitar esa joven que había muerto, la toma de la mano y hace que se levante, la sana poniéndola de nuevo de pie. Jesús, con este gesto tierno de amor, da la primera lección a los discípulos: la salvación se anuncia o, mejor, se comunica a través de la atención a esa persona enferma; y la fe de esa mujer resplandece en la gratitud por la ternura de Dios que se inclinó hacia ella».

Verdaderamente acogedores

El pontífice ha destacado además que «la visita a los ancianos debe ser hecha por muchos, juntos y con frecuencia. Sobre todo hoy que el número de los ancianos ha crecido considerablemente. Debemos sentir la responsabilidad de visitar a los ancianos que a menudo están solos».
Y ha terminado recordando que «una sociedad es verdaderamente acogedora de la vida cuando reconoce que ella es valiosa también en la ancianidad, en la discapacidad, en la enfermedad grave e, incluso, cuando se está extinguiendo».
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