Un mar de juventud española 'conquista' el Vaticano: «Dios supo ablandar mi corazón»

La Conferencia Episcopal Española ha calificado de «momento histórico» la reunión que este viernes congrega en la Plaza de San Pedro a más de 25.000 jóvenes españoles, convocados con motivo del Jubileo de la Juventud. En una rueda de prensa celebrada esta tarde en Roma, los responsables del evento han subrayado el carácter inédito del encuentro, organizado en exclusiva para jóvenes de España y con la colaboración directa del Vaticano.

Raúl Tinajero, director de la Subcomisión para la Juventud e Infancia de la CEE, ha señalado que se trata de un acto «único» en la historia reciente de la Iglesia española. «Es la primera vez que se produce un acontecimiento de esta magnitud», ha dicho, asegurando que los jóvenes son conscientes de que están viviendo algo «que les va a marcar». Tinajero ha insistido en que el objetivo es ofrecer una experiencia de fe «que puedan llevar a sus entornos» y ha destacado el «trabajo compartido» que ha hecho posible esta convocatoria.

«¡Esta es la juventud del Papa!»

A pesar del fuerte calor, miles de jóvenes han esperado pacientemente durante horas para acceder a la plaza. «¡Esta es la juventud del Papa!» se repetía constantemente, mientras los grupos, llegados desde todos los rincones de España, se organizaban para conseguir un buen sitio frente al altar donde, en breve, presidirá la santa misa monseñor Luis Argüello.

No faltaron los clásicos: los cánticos de «yo soy español», los gritos espontáneos de júbilo y el ambiente festivo a pesar del cansancio acumulado. En total, 500 voluntarios se han movilizado para facilitar el desarrollo del evento, que contará también con la participación de 50 obispos y más de 700 concelebrantes.

La Iglesia, un lugar «donde siempre alguien ayuda»

En la rueda de prensa han intervenido también dos jóvenes participantes. Alberto Naranjo, de 24 años, procedente de la diócesis de Getafe, ha compartido cómo moverse en silla de ruedas por una discapacidad no ha sido un freno, sino parte del camino de fe que vive desde niño. Sobre la peregrinación a Roma comenta con sencillez: «La silla de ruedas lo hace un poco difícil por el suelo tan adoquinado que hay, he tenido algún susto, pero vivir esta peregrinación con gente que quiero lo hace especial», dice con una sonrisa.

«Mi cruz, por así decirlo, es más visible, pero seguro que hay gente que tiene heridas que no se ven», ha reflexionado. Por eso mismo, ha subrayado que la Iglesia, en su experiencia, es un lugar «donde siempre hay alguien dispuesto a ofrecer ayuda».

Antonio Garrido, de Sevilla, se bautizó hace apenas dos años, tras una juventud alejada de la fe. «Vivía una vida atea, pero después de mucho pensar y mucho debatir, me di cuenta de que algo había. Dios supo ablandar mi corazón», dijo. Es su primera peregrinación, y valora especialmente «el ambiente joven y la fe compartida» que se respira en Roma.

Ambos coincidieron en que el encuentro está sirviendo para estrechar lazos entre los propios jóvenes y para descubrir que estar en Roma no es un viaje más, sino una oportunidad para expresar lo mejor de sí mismos desde la conciencia de ser cristianos y miembros de la Iglesia.