«Encerrarse en las sacristías es un error»: Parolin insta a actuar ante la tragedia de Gaza

Dos años después del ataque de Hamás contra Israel, perpetrado el 7 de octubre de 2023, el cardenal Pietro Parolin no suaviza sus palabras: «Fue una masacre indigna y, repito, inhumana». Recuerda los incasables llamamientos de León XIV y del difunto Papa Francisco por la paz y las más de veinte veces que este pidió la liberación de los rehenes. «No podemos ni debemos olvidarlas», advierte con pesar.

En una entrevista concedida a los medios vaticanos, el 'número dos' del Vaticano rememora aquellos acontecimientos y sus devastadoras consecuencias. Denuncia la espiral de odio desatada desde entonces y reclama recuperar la razón frente a una guerra que, asegura, «ha tenido consecuencias inhumanas».

«El antisemitismo es un cáncer»

Pero Parolin no se queda ahí. Si bien reconoce que «los que han sido atacados tienen derecho a defenderse», insiste en que «incluso la legítima defensa debe respetar el principio de proporcionalidad». El cardenal constata que «desafortunadamente, la guerra resultante ha tenido consecuencias desastrosas e inhumanas», y lamenta una situación que, dice, hoy es «aún más grave y trágica que hace un año».

El secretario de Estado se dice «conmocionado y angustiado por el número diario de muertos en Palestina» y por ello reclama «recuperar el sentido de la razón, abandonar la lógica ciega del odio y la venganza, y rechazar la violencia como solución».

Parolin también ha señalado directamente la responsabilidad de la comunidad internacional, a la que considera «lamentablemente impotente». «No basta con decir que lo que está sucediendo es inaceptable y luego seguir permitiendo que suceda», advierte, instando a los países influyentes a revisar «la legitimidad, por ejemplo, de seguir suministrando armas que se utilizan en detrimento de la población civil».

Parolin no elude los temas más sensibles. «El antisemitismo es un cáncer que debe combatirse y erradicarse», afirma, subrayando la necesidad de educar para distinguir y no caer en la «simplificación de la realidad» que lleva a «atribuir la responsabilidad de lo que está sucediendo hoy en Gaza a los judíos como tales». Al mismo tiempo, recuerda que «están surgiendo muchas voces de fuerte disidencia desde el mundo judío contra la forma en que el actual gobierno israelí ha operado y opera en Gaza y el resto de Palestina».

La Santa Sede reconoce el Estado de Palestina

Durante la entrevista, el cardenal subraya que la Santa Sede reconoció oficialmente el Estado de Palestina hace una década y celebra que otros países sigan ese camino. Sin embargo, observa «con preocupación que las declaraciones y decisiones israelíes van en la dirección opuesta: pretenden impedir permanentemente la posible creación de un verdadero Estado palestino».

En cuanto a las iniciativas diplomáticas por la paz, como el presentado por el presidente Trump para lograr una tregua y poner fin a la guerra, Parolin se muestra dispuesto a apoyarlo. «Cualquier plan que involucre al pueblo palestino en las decisiones sobre su futuro y permita el fin de esta masacre, liberando a los rehenes y poniendo fin a la matanza diaria de cientos de personas, es bienvenido y apoyado», asegura.

Tampoco ha faltado su apoyo al «compromiso» de la juventud, por quien se siente «gratamente impresionado» por su participación en las manifestaciones. «Es una señal de que no estamos condenados a la indiferencia», señaló.

«No basta con la oración»

«Soy bautizado, soy creyente, soy sacerdote», afirma el cardenal Pietro Parolin, para quien la oración no es un gesto pasivo, sino una fuerza que impulsa a la acción. «La oración incesante ante Dios para que nos asista, nos ayude e intervenga para poner fin a todo esto apoyando los esfuerzos de mujeres y hombres de buena voluntad es esencial, cotidiana, fundamental», asegura.

Recuerda que el Papa León ha invitado a rezar un Rosario por la paz el 11 de octubre, pero advierte que la fe cristiana «o se encarna o no es». Parolin subraya que «somos seguidores de un Dios que se hizo Hombre» y, por tanto, no podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento ajeno. Por eso, insiste, «nunca será suficiente la oración, pero tampoco el compromiso concreto, la movilización de las conciencias, las iniciativas de paz, la sensibilización, aun a costa de parecer 'fuera de onda', aun a costa de asumir riesgos».

Frente a la inhumanidad, señala, hay «una mayoría silenciosa —formada también por muchos jóvenes— que no se rinde». «Pensar que nuestro papel, como cristianos, es encerrarnos en las sacristías, me parece profundamente equivocado», sentencia. Para el cardenal, «la oración exige también compromiso, testimonio, opciones concretas».