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Salud

Estas son las células que contribuyen al aceleramiento del envejecimiento

Investigaciones revelan los mecanismos celulares que vinculan el bienestar mental y la longevidad de las personas

A medida que envejecemos, nuestro metabolismo tiende a ralentizarse, perdemos masa muscular y quemamos menos calorías. Sin embargo, ciertas células en las personas mayores parecen hacer exactamente lo contrario: consumen más energía que cuando eran jóvenes.

Tal y como publica la revista científica Nature, los biólogos han sumido que las células senescentes, similares a zombis, consumen menos energía que sus contrapartes, que se replican activamente, asegura Martin Picard, psicobiólogo de la Universidad de Columbia (Nueva York, Estados Unidos).

Para Picard y sus compañeros, las células envejecidas acumulan formas de daño energéticamente costosas, como alteraciones en el ADN, e inician señalización proinflamatoria. Por lo tanto, plantean la hipótesis de que estas unidades funcionales podrían ser un impulsor importante de muchos de los efectos negativos del envejecimiento, y que el cerebro podría estar desempeñando un papel clave como mediador.

A medida que algunas células envejecen y requieren más energía, el cerebro reacciona eliminando recursos de otros procesos biológicos, lo que finalmente resulta en signos externos de envejecimiento, como el encanecimiento del cabello o una reducción en la masa. Todo ello, se ha denominado «modelo de conservación de energía cerebro-cuerpo».

Aunque muchas hipótesis aún no se han probado, los científicos trabajan para descifrar los mecanismos precisos que conectan el cerebro con los procesos asociados al envejecimiento como la senescencia, la inflamación y el acortamiento de los telómeros.

Según algunos investigadores, se está empezando a arrojar luz sobre cómo el estrés psicológico puede acelerar el envejecimiento a nivel molecular. «La ciencia habla por sí sola. El campo no puede ignorarla», afirma Alessandro Bartolomucci, biólogo de la Universidad de Minnesota en Minneapolis.

Estudio en animales

Algunos han estado investigando estos procesos en animales, aunque tiene sus limitaciones. Por ejemplo, los factores de ansiedad humana son mucho más complejos y pueden incluir una variedad de factores sociales, psicológicos y biológicos. Con este trabajo se ha proporcionado perspectivas mecanicistas que son difíciles de obtener en estudios humanos.

Bartolomucci y su equipo han descubierto que el estrés social crónico en roedores, como estar sujeto al comportamiento agresivo de un animal dominante, puede dañar la salud cardíaca y conducir a una esperanza de vida más corta.

En un estudio que realizó en 2024 con ratones machos, se demostró que la tensión social durante las primeras etapas de la vida provocó un aumento de los niveles de un marcador clave de la senescencia celular, llamado p16, en el cerebro, el tejido adiposo y las células inmunitarias. Estos cambios se produjeron únicamente en respuesta al estrés social, ya que los animales estaban colocados en pequeños tubos durante tres horas al día durante un mes, no experimentaron una acumulación de p16.

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