Mujer bebiendo agua
Salud
Beber agua no basta: claves de un experto para evitar la deshidratación en verano
Tal como detalla Miguel del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED), existen varios errores sobre la hidratación que debemos tener en cuenta
Beber agua en verano, especialmente durante la práctica de deporte, no garantiza por sí sola una hidratación correcta. De hecho, la extendida idea de que «cuanta más agua, mejor» puede acarrear serios riesgos. Tal como detalla Miguel del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED), existen varios errores sobre la hidratación que debemos tener en cuenta.
Una de las falsas creencias más extendidas es que ingerir grandes cantidades de agua evita el golpe de calor. Sin embargo, el doctor advierte de que esta práctica puede derivar en hiponatremia asociada al ejercicio, un trastorno provocado por niveles bajos de sodio en el organismo. Esta condición, lejos de prevenir el golpe de calor, puede causar desde síntomas leves como cefaleas o náuseas hasta complicaciones graves como edemas pulmonares, convulsiones o incluso la muerte.
Durante años se ha recomendado a los deportistas hidratarse al máximo antes y durante la actividad física. No obstante, esta pauta ha sido revisada por expertos como el catedrático Del Valle, quien subraya la necesidad de reponer no solo líquidos, sino también los electrolitos que se pierden a través del sudor.
Otro de los mitos que persiste es el de que la temperatura del agua influye en su capacidad para hidratar. A este respecto, el doctor aclara que «lo importante para la hidratación es la cantidad de agua; la temperatura no influye». Asimismo, también descarta que el café provoque deshidratación. Aunque la cafeína tiene un efecto diurético leve, su consumo moderado no compromete el estado hídrico del organismo.
En cuanto a la alimentación, el especialista advierte de que confiar únicamente en las frutas para hidratarse no es suficiente. Si bien frutas como el melón, la sandía o las fresas contienen un alto porcentaje de agua, no suplen por sí solas las necesidades hídricas, por lo que resulta imprescindible acompañarlas de una adecuada ingesta de líquidos.
Del Valle también corrige la extendida percepción de que «solo hay que beber cuando se tiene sed». Según explica, la sed puede ser una señal tardía de deshidratación, especialmente en personas mayores, cuyo mecanismo de detección suele ser menos eficaz.
Finalmente, aclara que una orina clara no es necesariamente indicio de buena hidratación, ya que factores como la dieta o ciertos medicamentos también pueden influir en su color. Y sobre el papel de las bebidas deportivas, puntualiza que solo son necesarias en ejercicios prolongados o de alta intensidad: en el resto de los casos, el agua es suficiente.