
El estrés influye en la alimentación
¿Existe una conexión entre el estrés crónico y los trastornos digestivos?
El sistema digestivo está directamente conectado con el cerebro a través del eje intestino-cerebro
En la actualidad, la sociedad tiene un ritmo de vida muy elevado, el cual lleva a la gran mayoría de la población a padecer estrés crónico. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué cada vez más personas padecen de trastornos digestivos?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo frente a situaciones de peligro, en la cual se libera cortisol, la hormona del estrés. Este mecanismo de defensa, puede ser perjudicial si se mantiene prolongado en el tiempo debido al estrés crónico.
El sistema digestivo está directamente conectado con el cerebro a través del eje intestino-cerebro. Este eje es una red de comunicación bidireccional que involucra al sistema nervioso, endocrino e inmunológico. Un claro ejemplo es cuando estamos nerviosos y se nos cierra el estómago o nos duele. De la misma manera, cuando estamos bajo estrés crónico, el cerebro envía señales al intestino que pueden alterar su funcionamiento normal. Esto puede manifestarse como:
- Aumento de la permeabilidad intestinal
- Alteración en la motilidad intestinal, causando estreñimiento o diarrea.
- Disbiosis, es decir, un desequilibrio de la microbiota intestinal.
- Inflamación crónica de bajo grado.
Todos estos cambios pueden desencadenar en trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable (SII), enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o en hinchazón.
El papel del cortisol en el intestino
Cuando el cortisol se libera de manera constante, impacta negativamente en el intestino produciendo:
- Supresión de producción de la mucosa protectora, dejando el intestino vulnerable.
- Alteración de la composición de la microbiota, favoreciendo el crecimiento de las bacterias perjudiciales.
- Aumento de la permeabilidad intestinal, permitiendo la entrada de sustancias tóxicas y patógenos dentro del torrente sanguíneo, lo que activa la respuesta inmunitaria y en consecuencia, inflamación crónica de bajo grado
Cómo gestionar el estrés
La PNIE propone estrategias clave para gestionar el estrés y abordar los problemas que este conlleva.
- Gestión del estrés: Practicar técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración diafragmática puede reducir el estrés de manera significativa.
- Alimentación consciente: Consumir alimentos antiinflamatorios, como vegetales de hoja verde, frutos rojos, pescado azul y grasas saludables; y evitar alimentos ultraprocesados, azúcares refinados y cafeína, reducirá la inflamación.
- Cuidado de la microbiota: Introducir alimentos fermentados, como el kéfir y el chucrut, aumentará la diversidad de las bacterias intestinales, favoreciendo una mejor salud digestiva.
- Actividad física moderada: Practicar ejercicio reduce los niveles de cortisol.
La salud digestiva y emocional están íntimamente conectadas, por lo que ignorar la conexión entre el estrés y la salud digestiva solo conduce a un círculo vicioso de malestar. La PNIE ofrece herramientas valiosas para abordar este problema desde un enfoque integral, teniendo en cuenta tanto el cuidado físico como el emocional.
- Gina Abellà Coret es Farmacéutica y especialista en salud integrativa