Pasar tiempo con amigos y familiares nos produce placer y favorece la liberación de endorfinas
Cómo generar endorfinas, la hormona de la felicidad
Esta sustancia la genera el cerebro y el sistema nervioso central y actúa como una droga natural
A quién no le gusta sentirse feliz y eufórico. Todo el mundo busca esta placentera sensación en su día a día, pero a menudo es muy difícil de experimentar. Para ello juegan un papel fundamental las endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad.
Estas son unas sustancias químicas segregadas por el cerebro y el sistema nervioso central. Se diseminan por todo el organismo y producen este confort. Actúan, por tanto, como una droga natural, solo que no generan adicción. Según la doctora Mª Victoria Páez, médico estético, «las endorfinas juegan un papel muy importante a la hora de aliviar el dolor y generar sensación de bienestar, ya que son compuesto peptídicos, a veces mucho más potentes que la morfina».
Esta codiciada hormona se libera de varias maneras, como por ejemplo riéndose y socializando. Como dijo Aristóteles, «el hombre es un ser social por naturaleza», por lo que pasar tiempo con amigos y familiares nos produce placer y favorece la liberación de endorfinas.
«El enamoramiento y el orgasmo producen un aumento significativo en la secreción de endorfinas»Endocrinóloga
Pero estas también se producen al hacer ejercicio, cuando descansamos correctamente o al realizar otras actividades que nos satisfacen, como escuchar música, leer o ver una buena serie.
Asimismo, cuando estamos enamorados o mantenemos contacto físico los valores de esta hormona aumentan: «El enamoramiento y el orgasmo, así como la acupuntura, producen un aumento significativo en la secreción de endorfinas» dice la doctora Berta Garrido, endocrinóloga de Clínica Ciudad del Mar. Añade que algunos alimentos también pueden contribuir, como huevos, pollo, pavo o pescado.
Bajos niveles
De la misma forma que los altos valores de endorfinas son beneficiosos para el organismo, tener unos niveles bajos puede ser perjudicial. Esto puede causar irritación y tristeza y aumentar las posibilidades de desarrollar dolencias como depresión, ansiedad o migrañas.
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