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Los efectos negativos de tomar café por la noche van más allá del insomnio
Tomar café por la noche puede aumentar el comportamiento impulsivo, según un estudio
¿Sueles tomar una taza de café por la noche para mantenerte despierto? Un estudio reciente de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) sugiere que deberías pensarlo dos veces. Un equipo de biólogos de esta institución descubrió que el consumo nocturno de cafeína puede incrementar la impulsividad, lo que podría derivar en conductas imprudentes.
La investigación, publicada en iScience, analizó cómo el consumo nocturno de cafeína influye en el autocontrol y la impulsividad. Según Kyung-An Han, uno de los autores principales, en el estudio se utilizó moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), un modelo ampliamente usado en neurociencia por sus similitudes genéticas y neuronales con los humanos.
Ya que la cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo, Paul Sabandal, profesor de investigación en el Departamento de Ciencias Biológicas de UTEP, explica que precisamente por su popularidad, «quisimos entender cómo diferentes factores afectan su influencia sobre el control del comportamiento».
Para ello, los investigadores diseñaron varios experimentos en los que introdujeron cafeína en la dieta de las moscas en distintos contextos: dosis variables, consumo diurno y nocturno, y privación de sueño. Luego evaluaron la impulsividad midiendo si las moscas podían dejar de moverse al recibir una fuerte ráfaga de aire, un estímulo desagradable por naturaleza.
Las moscas que consumieron cafeína por la noche mostraron menos autocontrol, volando de forma temeraria
«Normalmente, las moscas dejan de volar cuando sienten una corriente intensa», explicó Erick Saldes, actual investigador en la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois en Peoria y exestudiante de doctorado de UTEP, «sin embargo, aquellas que consumieron cafeína por la noche mostraron menos autocontrol, volando de forma temeraria a pesar de las condiciones adversas».
El estudio reveló que este efecto no se replicaba cuando las moscas consumían cafeína durante el día. Además, los investigadores hallaron diferencias notables entre sexos: las hembras eran significativamente más impulsivas que los machos, pese a tener niveles similares de cafeína en el organismo.
«Las moscas no poseen hormonas humanas como el estrógeno, lo que indica que otros factores genéticos o fisiológicos explican esta mayor sensibilidad», señaló Han. «Comprender estos mecanismos podría ayudarnos a entender mejor cómo el organismo responde a la cafeína en función del momento del día y el sexo».
Los hallazgos podrían tener implicaciones importantes para personas que consumen café durante turnos nocturnos, como personal sanitario, trabajadores por turnos o miembros del ejército, advirtió el equipo.
La investigación se llevó a cabo en el laboratorio de Han, especializado en estudiar las bases neurobiológicas de la plasticidad conductual –incluyendo aprendizaje, memoria y adicción– y las interacciones entre genes y ambiente relacionadas con enfermedades como el Alzheimer y otras demencias.