Taza de té verde

Taza de té verdeEuropa Press

Por qué el té verde puede ser clave en una dieta para perder peso, según la ciencia

Esta infusión mejora la sensibilidad a la insulina, según un estudio

Para aquellos a los que les cuesta llenar el vaso de agua una opción saludable es el té verde. Esta bebida ancestral, consumida por más de dos tercios de la población mundial y segunda más consumida después del agua, es conocida por sus propiedades antioxidantes así como por sus beneficios en enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes tipo 2. Investigaciones recientes mostraron que el consumo de té verde redujo el peso, mejoró la sensibilidad a la glucosa y disminuyó la resistencia a la insulina en ratones obesos, lo que refuerza su potencial como apoyo en el tratamiento de la obesidad humana.

Para evaluar el impacto de la bebida, el equipo liderado por Rosemari Otton, investigadora de la Universidad Cruzeiro do Sul (São Paulo), alimentó a ratones con una dieta hipercalórica durante cuatro semanas y posteriormente les administró, durante 12 semanas adicionales, un extracto estandarizado de té verde (500 mg por kilo de peso). En humanos, esto equivaldría a unos 3 gramos diarios, es decir, unas tres tazas.

Los resultados, publicados en revista Cell Biochemistry & Function, mostraron que el té verde no solo ayudó a controlar el peso, sino que también preservó la estructura muscular, evitó la reducción de fibras asociada a la obesidad y mejoró la expresión de genes clave en el metabolismo de la glucosa. Además, los efectos parecieron depender de la presencia de adiponectina, una proteína con funciones antiinflamatorias y reguladoras del metabolismo.

Otro hallazgo importante fue que el extracto completo resultó más eficaz que los compuestos aislados, lo que indica que la sinergia entre sus componentes potencia los beneficios. También se observó que el té verde actúa principalmente en contextos de exceso nutricional: induce la pérdida de peso en animales obesos, pero no altera el peso de los delgados. «Hace que los animales obesos pierdan peso, pero mantiene a los animales delgados en un peso equilibrado. Esto demuestra que el té parece necesitar un entorno con un exceso de nutrientes para actuar, lo que respalda la hipótesis de que actúa directamente sobre las células grasas», afirma Otton.

A pesar de los resultados alentadores, Otton advierte que aún no se puede establecer una dosis segura y universal para humanos, dado que la eficacia depende de la calidad del extracto y de factores individuales. Según la investigadora, el consumo diario y sostenido, como ocurre en países asiáticos, parece ser más relevante que un uso puntual.

Té verde comercial

La investigadora puntualiza que no todo el té verde comercial cumple con los estándares de calidad necesarios: «Las bolsitas de té preparadas no siempre garantizan la cantidad ni la calidad de los compuestos. Lo ideal para el consumo sería utilizar extracto de té verde estandarizado, como el que se encuentra en los herbolarios especializados. Esta es una forma concentrada de utilizar la planta, con garantía de la presencia de flavonoides, que son los compuestos beneficiosos para la salud presentes en la planta del té verde», señala Otton.

Finalmente, subraya la importancia de seguir investigando soluciones naturales y accesibles frente a la obesidad: «La planta Camellia sinensis ofrece compuestos seguros y eficaces. No tenemos todas las respuestas aún, pero estamos cada vez más cerca de comprender su verdadero potencial terapéutico».

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