Imagen de una planta de cannabis

Imagen de una planta de cannabisPixabay

La regulación del cannabis para uso terapéutico divide a los expertos

Los expertos no coinciden sobre la regulación del cannabis para uso medicinal, mientras unos afirman que falta investigación y evidencia científica, otros opinan que al cannabis se le exige un nivel de certeza que no se pide a otros fármacos y el problema de fondo es que no hay voluntad política.
La Comisión de Sanidad del Congreso ha sido este martes escenario de las diferencias de los expertos invitados por los grupos parlamentarios dentro de los trabajos para la posible regulación del uso medicinal del cannabis. Estos expertos forman parte de una lista de 26 comparecientes, elegidos por los grupos, que aportarán las próximas semanas su visión de cara a un informe que deberá ser votado y debatido en esta Comisión a finales de junio.
En esta primera sesión ya se han visto las diferencias. Si el presidente de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías –Socidrogalcohol–, Francisco Pascual, ha dejado claro que la evidencia científica es «moderada», el director científico de la Fundación ICEERS, Carlos Bouso, ha afirmado que «las propiedades médicas del cannabis cuentan con más evidencia que la mayoría de los medicamentos que existen hoy día en las farmacias».
Bouso ha señalado que hoy se reconocen unos 3.000 tratamientos médicos, de los que solo la mitad tiene algún tipo de evidencia «y la otra mitad, ninguna».
Y, ha añadido, que en el año 2015 se aprobaron en Europa 87 medicamentos de los que menos del 10 % representaban un verdadero avance, «y 65 no aportaban nada al mercado, que ya contaba con otros mejores».
Por ello, ha concluido que cada vez es más frecuente la aprobación de medicamentos con escasa evidencia, que sin embargo tienen un coste para las arcas públicas «desmesurado».
Por su parte, el presidente de Sociodrogalohol ha insistido en la evidencia moderada de los cannabinoides para uso medicinal aunque ha admitido que tienen utilidad en el dolor y la espasticidad «cuando no hay soluciones terapéuticas adecuadas» pero no así en los dolores neuropáticos ni la fibromialgia.
Pascual ha admitido que la regularización puede ser beneficiosa «pero no la puede hacer cada uno en su casa, utilizando lo que le dé la gana».
«No estoy en contra de la regularización pero el cannabis no se puede usar en los trastornos psiquiátricos, en el embarazo, en la lactancia, en menores de 18 años, en enfermedades hepáticas o renales, en enfermedades cardiovasculares o cuando hay ciertas medicamentos y sobre todo en pacientes adictos», ha dicho.
El presidente de Socidrogalcohol ha insistido en que hace falta un registro de control. «Habrá que saber qué estamos dando y en qué condiciones y dónde se va a vender en la farmacia, en el estanco o en el herbolario».
Antes estas palabras, el director científico Carlos Bouso ha respondido que si el cannabis se transforma en un medicamento se venderá, obviamente, en farmacias, con receta médica y el control con el que todos los medicamentos están sometidos.
Por su parte, el jefe del departamento de Inspección y Control del Medicamento de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), Manuel Ibarra, que también ha comparecido este martes, ha subrayado que «las evidencias disponibles no permiten concluir que el cannabis pueda ser usado con medicamento en todas las situaciones indicadas o que los beneficios que puedan aportar superen los beneficios ya aportados por medicamentos autorizados y de eficacia contrastada».
Si bien ha apelado a datos científicos «sólidos», ha reconocido que –aún con un beneficio incierto– el cannabis se propone para enfermedades o síntomas en los que los tratamientos disponibles no son eficaces o tienen una eficacia marginal.
Finalmente, la doctora en Psiquiatría y Psicología infantil y juvenil en el Instituto Clínic de Neurociencia (ICN) del hospital Clínic de Barcelona, Rosa Calvo, ha afirmado que con la evidencias actuales sí considera que el cannabis puede ser un producto farmacéutico prescripto por médicos y dispensado en oficinas de farmacia.
No obstante, ha recordado que hay que tener en cuenta los riesgos de las poblaciones vulnerables. Y ha valorado que se inicie una exploración, «hay fármacos que nacen para una cosa y luego se utilicen para otra».
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