Recogida de muestras en un control covid, este lunes en Israel
COVID-19
España se prepara para empezar a vigilar la covid de la misma forma que la gripe
Gobierno y comunidades ultiman un sistema de vigilancia que pase de la contabilización universal al muestreo, según adelanta 'El País'
¿Llegará el ansiado día en que la covid pase a ser una enfermedad estacionaria más, como la gripe? España, al menos, ya va preparándose para ello.
Según ha adelantado este lunes el diario El País, las autoridades sanitarias están desarrollando un nuevo sistema de vigilancia, muy similar al utilizado ahora mismo para el virus de la influenza, con el objetivo de dejar atrás la «notificación exhaustiva de casos».
El procedimiento, que lleva fraguándose desde el verano de 2020 pero que ha sufrido continuos retrasos debido a la persistente incidencia de la enfermedad, podría ver muy pronto la luz tras la evolución de la sexta ola, que según todos los expertos coinciden ha sido «distinta a las demás» y que podría abrir el camino hacia el principio del fin de la pandemia.
Tras constatar que posiblemente la COVID-19 siga conviviendo con la población durante al menos varios años, es presumible que el virus pase de entrañar un problema de salud público a uno de gestión sanitaria, lo que conllevaría, entre otras cosas, cambios en la manera de contabilizar los contagios.
En este sentido, la nueva hoja de ruta planteada por el Gobierno y las comunidades consiste en el paso de un sistema de vigilancia universal a una llamada 'red centinela'. En esencia, esto supone que se dejen de contar todos los casos y que, en su lugar, se ponga en marcha un sistema de muestreo. Para ello se seleccionarán un grupo de médicos, centros de salud y hospitales que se encargarán de reportar la evolución de la enfermedad en base a sus datos internos, al igual que se hace en la actualidad con la gripe.
Cinco comunidades y nueve hospitales, según El País, ya han empezado con el programa piloto del sistema, cuya aplicación supondría el fin de los testeos masivos. Las pruebas de diagnóstico, en este sentido, se reservarían únicamente para los casos que revistan gravedad con el fin de conocer la infección y, por tanto, el tratamiento adecuado a emplear.
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