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19 de abril de 2024

Investigadores del Centro de Investigación del Cáncer

Investigadores del Centro de Investigación del CáncerCIC

Salud

Crean una estrategia para prevenir el desarrollo de la leucemia infantil

La identificación de las mutaciones secundarias tiene gran importancia para evitar la progresión de la enfermedad

La leucemia infantil es el cáncer más frecuente en niños y tiene unos efectos devastadores. Uno de los grandes retos que tienen los científicos es desarrollar un método que permita prevenir su desarrollo. Cada vez está más cerca llegar al objetivo que alargará la vida a los más pequeños.
El investigador del CSIC, Isidoro Sánchez García; la investigadora del centro vinculada al grupo de pediatría clínica IBSAL- Hospital de Salamanca, Carolina Vicente; el grupo de la doctora Kim Nichols del St. Jude Children's Research Hospital (Memphis, TN, EE.UU.); y el grupo dirigido por el doctor Andreas Weiss en Novartis Institutes for BioMedical Research (Basilea, Suiza) han demostrado la primera prueba de que el tratamiento temporal con el fármaco ruxolitinib previene que ratones desarrollen leucemia aguda de células B.
Se sabe desde hace más de diez años que las alteraciones genéticas en el gen PAX5 predisponen al desarrollo de la leucemia linfoblástica aguda de células B en un alto porcentaje de los niños portadores de la misma. Sin embargo, esta predisposición genética por sí sola no desencadena la enfermedad.
Además de esta alternación inicial, se deben producir otras mutaciones secundarias para que se genere la leucemia. Estudios llevados a cabo por los científicos pusieron de manifiesto que estas mutaciones secundarias se producen en la vía de señalización JAK/STAT.
La identificación de estas mutaciones secundarias tiene gran importancia para evitar la progresión de la enfermedad, ya que es muy complicado intervenir en los cambios previos en el gen PAX5 porque se encuentran en la línea germinal, es decir, en los óvulos o esperma de los progenitores.

Tratamiento testado en ratones

Los estudios preclínicos, es decir, los desarrollados con ratones, han demostrado que el inicio de la leucemia linfoblástica aguda de células B solo sucede como respuesta a un estrés inmunológico. Esta transformación puede estar provocada por la exposición a determinadas infecciones.
La condición previa para el desarrollo de la leucemia linfoblástica aguda de células B es que el gen PAX5 esté mutado, pero la progresión no se da hasta que se produzca este estrés inmunológico que facilita la aparición de las mutaciones en la vía de señalización JAK/STAT. Ahora los científicos están buscando las estrategias que eviten que esta segunda fase de mutaciones se produzca cuando el organismo esté en contacto con las infecciones que generan el estrés en el sistema inmunitario.
Para el trabajo que están desarrollando han utilizado ratones con el gen PAX5 ya mutado. En el momento de exponer estos ratones a la infección, que genera el estrés en el sistema inmunitario, se les ha suministrado de manera transitoria un fármaco (ruxolitinib) que inhibe a JAK1/2 y elimina de manera específica a las células B preleucémicas sin afectar a las células B normales.
Los hallazgos han proporcionado la primera evidencia de que esta estrategia es capaz de prevenir el desarrollado de la leucemia linfoblástica aguda de células B. En concreto, de 29 ratones tratados con ruxolitinib solo uno desarrolló leucemia linfoblástica aguda de células B.

Aplicable a otros casos

Este enfoque preventivo podría aplicarse a otros casos de susceptibilidad genética a la leucemia infantil en los que las mutaciones secundarias presentes en los estudios leucémicos guíen la identificación de vulnerabilidades dentro de la población de células B preleucémicas.
Además, estos hallazgos respaldan una mayor investigación de los enfoques específicos dirigidos a eliminar a las células B preleucémicas como un medio para prevenir la aparición de B-ALL en el futuro.

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