José Miguel Campo, Amador Sánchez y Roberto Salmerón
Educación
«Hay que incentivar a los docentes para que sigan, no para sacarlos del aula»
Entrevistamos a Roberto Salmerón, José Miguel Campo y Amador Sánchez; decano, vicesecretario y vocal respectivamente del Colegio Oficial de Docentes
Fundado en 1899, el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Madrid –Consejo Oficinal de Docentes– se encarga de garantizar la mejora continua de los profesionales de la docencia.
Entre sus filas encontramos a personajes ilustres como José Canalejas, Enrique Tierno Galván o Alfredo Pérez Rubalcaba. Hoy nos han visitado el decano del Colegio, Roberto Salmerón; el vicesecretario, José Miguel Campo; y el vocal Amador Sánchez; con los que hemos hablado, como no, de Educación.
–¿A qué se dedica el Colegio Oficial de Docentes?
–Roberto Salmerón. Defendemos a la profesión y a los profesionales. Es importante porque garantiza que los colegiados que se inscriben tengan una titulación para el desarrollo de la profesión y que sigan una conducta ética y deontológica de acuerdo con unos principios generales.
–¿Quién se puede colegiar?
–RS. En líneas generales, los que proceden de las titulaciones de las antiguas facultades de Filosofía y Letras y Ciencias. Y ahora, en las titulaciones nuevas que se han disparado, todos aquellos que estén vinculados a ese desglose y a la profesión docente. De hecho, una de las cosas más interesantes que tenemos es la defensa de la profesión docente, que ahora el Ministerio ha lanzado un debate interesante a través de las 24 propuestas…
–...el Estatuto Docente.–
–RS. Que está pendiente de la época de Joaquín Arango.
–¿Qué les parece?
–José Miguel Campo. Es un inicio de un debate entre todos los miembros de la comunidad educativa para actualizar precisamente la profesión docente. La realidad del mundo educativo ha cambiado muchísimo: ahora no solo vale tener unos conocimientos científicos, sino mucho más. Es un contexto interesante para empezar a debatir y actualizar documentos que están totalmente obsoletos.
–RS. Las cuestiones claves son la selección de los que se pueden dedicar a la profesión, la formación, el estímulo y la formación continua a lo largo de la profesión. Es un debate que se produce en toda Europa cuando se selecciona a los que van a poder ser profesores, tanto en pública como en privada.
–JMC. También es importante establecer una carrera docente. Que un docente se inicie y no tenga posibilidades de escalar en esa carrera.
–¿Es necesario regular los consejos directivos para mejorar el itinerario? Un profesor comienza en un puesto y se jubila en el mismo.
–JMC. Eso ya es posible hacerlo. Pero las posibilidades educativas de que eso suceda son reducidas. Los procedimientos están establecidos, pero hay muchas formas de desarrollar tu trabajo: siendo tutor de los profesores en prácticas que se están iniciando en la profesión de una forma reconocida. Hace más de 20 años que no se convocaban oposiciones a cátedra en Educación Secundaria en la Comunidad de Madrid; eso es profesión docente y en muchos casos los docentes tienen la sensación de estar estancados sin posibilidad de promoción.
Hay que establecer incentivos para que los docentes puedan continuar trabajando, no para salirse de la profesión
–Amador Sánchez. Es importante discriminar qué es lo específico de la profesión docente –al margen de contenidos– y la manera de actuar. Hay que establecer incentivos para que los docentes puedan continuar trabajando, no para salirse de la profesión, que es lo que ocurre muchas veces. Es necesario dar mejores retribuciones, más méritos, dedicarles a altas tareas como es la formación de los egresados, en lugar de sacarlos del aula, que es lo que se viene haciendo históricamente.
–Cuando escucho a políticos y a profesionales de la Educación sobre los problemas del sistema, me da la impresión que hablan de cosas totalmente distintas. ¿Hay poco respeto político hacia la figura del docente?
–AS. Veo mucho desconocimiento. La voz cantante la han tenido históricamente los sindicatos, con reivindicaciones más dirigidas a lo laboral que a un horizonte de perfeccionamiento de la profesión. Los políticos no lo ven porque es tan fuerte el impulso de las opiniones sindicales, que tapan todo lo demás.
Los políticos son necesarios, pero a menudo invaden ciertas competencias para ganar votos.
–RS. Están también condicionados ideológicamente por sus estatutos. Son de UGT, CCOO o de la patronal de privada. Nosotros tenemos, como Colegio, la neutralidad institucional y podemos decir lo que nos parezca con total libertad. Los políticos son necesarios, pero a menudo no respetan los campos profesionales e invaden estas competencias para ganar votos. Sería mejor profesionalizar mucho más las cosas. La educación es muy diversa y heterogénea, como la sociedad, y defendería siempre la libertad como principio básico.
–AS. Pero aunque sean valores contrarios, hay formas de hacerlo mal o hacerlo bien.
–¿Como el decreto de titulación y promoción? Los docentes no ven la necesidad de normalizar una práctica que se venía ya haciendo.
–JMC. En realidad lo que han hecho es desregularlo. Si la norma anterior marcaba esas excepcionalidades, estas se convierten ahora en regla sin un criterio mínimo para garantizar la igualdad a la hora de la evaluación. La Educación no es una fábrica de tornillos y el que crea que decisiones educativas se pueden sistematizar en un informe, consideran el sistema como algo mecánico. Si no hay una mínima homogeneidad, se cae en una inseguridad jurídica de quienes toman esas decisiones y también en una desigualdad, no solo ya entre comunidades o centros, sino entre grupos de un mismo centro. Unos mínimos son necesarios y esta norma deja abierto el campo trasladando la absoluta responsabilidad a los docentes.
–¿Temen que los profesores acaben siendo responsables de los fracasos educativos de las leyes elaboradas por políticos?
–JMC. Ya nos hacen responsables de esas situaciones por el gran desconocimiento que hay del sistema. Esta ley plantea una evaluación más competencial, lo cual no está mal. Pero desregular las decisiones de promoción y titulación… Creo que en el punto medio está lo ideal. ¿Por qué en el exterior se valora determinados titulados españoles? Quizá tampoco está tan mal que haya un peso académico. Además hay aspectos que se tienden a rechazar por trasnochados que está formando otro tipo de capacidades que se van a perder. En las aulas ya se están viendo que determinadas competencias se están perdiendo y que sirven para dar más libertad al individuo.
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