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06 de mayo de 2024

Estanterías de leche de fórmula para bebés vacías en un supermercado de Estados Unidos

Estanterías de leche de fórmula para bebés vacías en un supermercado de Estados UnidosAFP

Nestlé sale al rescate de EE.UU. y envía leche para bebés desde Europa ante la grave escasez

La falta de competencia en Estados Unidos, con la producción de leche de fórmula en manos de solo tres fabricantes, ha agravado el desabastecimiento

La multinacional suiza de la alimentación Nestlé informó del envió de suministros de leche de fórmula para bebés a Estados Unidos, procedentes de sus factorías en Suiza y Países Bajos, para ayudar a paliar la escasez de estos productos que se vive en ese país desde hace tres meses.
Un portavoz de la firma de Vevey indicó a Efe que se ha enviado leche de la marca Gerber desde las factorías neerlandesas y Alfamino desde el país helvético.
«Hemos dado prioridad a estos dos productos por su importante valor médico, ya que se dirigen a bebés con alergias a las proteínas de la leche de vaca», añadió la fuente de Nestlé, indicando que se pudieron enviar con rapidez, puesto que ya anteriormente eran importados desde Estados Unidos.
La firma agregó que intentará aumentar su colaboración para paliar la escasez de estos productos en EE.UU., aprovechando el compromiso de las autoridades reguladoras estadounidenses de dar temporalmente mayor flexibilidad a la entrada de estos productos.
La leche de fórmula se agotó en numerosos supermercados de EE.UU. a raíz de que el principal productor local, Abbott Laboratories, retirara remesas de varios tipos de esta leche para bebés (Similac, Alimentum, EleCare), lo que desató compras compulsivas de los consumidores por miedo a que se agotaran. La retirada de productos se decidió después de que al menos cinco bebés sufrieran una infección bacteriana y dos de ellos fallecieran, unos sucesos que aún están siendo investigados.

Falta de competencia

La escasez de leche para bebés en Estados Unidos va a durar y la crisis pone de manifiesto la concentración de la producción en pocas manos, un mal que se ha extendido a toda la economía estadounidense, incluso a los bienes de primera necesidad.
El problema «no se va a solucionar por sí solo en un día o una semana», dijo este viernes Brian Deese, alto asesor económico de la Casa Blanca, a la cadena de noticias CNN.
No aclaró cuánto tiempo duraría esta situación crítica.
Inicialmente generada por bloqueos en la cadena de suministros y la falta de trabajadores en la producción debido a la pandemia de covid-19, la escasez se agravó en febrero cuando, tras la muerte de dos niños, el fabricante Abbott anunció el cierre de su planta del estado de Michigan (noreste) y la «retirada voluntaria» de sus leches en polvo.
La escasez ha dejado a muchos padres desesperados y temerosos de que sus hijos puedan morir de hambre. La leche en polvo es necesaria para muchas familias, en particular aquellas de bajos ingresos, donde las madres deben volver al trabajo casi inmediatamente después de dar a luz y no pueden amamantar a sus bebés.
Otro problema es que los precios de la leche en polvo que aún queda en los comercios se dispararon.
Una evaluación de la supervisora Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos autorizó la fórmula de Abbott, pero hizo 483 «observaciones» sobre la planta de elaboración, indicó este viernes Abbott en un comunicado. «Inmediatamente, comenzamos a implementar acciones correctivas y someterlas a la aprobación de la FDA, podemos reactivar nuestra planta de Sturgis, Michigan, dentro de dos semanas», según la compañía.
La FDA prometió anunciar planes la próxima semana que permitirán, entre otras cosas, la importación de leche en polvo extranjera.

Productos fabricados en el extranjero

Actualmente, la FDA prohíbe la mayoría de las leches en polvo para neonatos que se fabrica en el exterior, incluyendo productos hechos en Europa, no porque tengan inquietudes de tono sanitario, sino debido a los estándares de etiquetado y empaquetado.
«Creemos que estos y otros esfuerzos ayudarán dramáticamente a la mejoría en el suministro en Estados Unidos en cuestión de semanas», escribió en su cuenta de Twitter el jefe de la FDA, Robert Califf.
El presidente estadounidense, Joe Biden, también dijo que «será cuestión de semanas o menos» cuando vuelvan a llenarse las estanterías. Los niveles de los depósitos han comenzado a estabilizarse esta semana, agregó.
Según el proveedor de datos Datasembly, para el martes, 43% del suministro usual de leche en polvo estaba agotado en las reservas, un 10% más que el promedio de abril.
Brian Deese remarcó que la seguridad era clave para solventar la escasez de leche en polvo, agregando que la administración Biden ha estado trabajando a toda máquina para tratar de garantizar un suministro suficiente.
Acusada de una actitud de espera o incluso de indiferencia, la Casa Blanca anunció algunas medidas el jueves, pero el alcance pareció ser limitado.
Biden sostuvo el viernes que su administración intervino tan pronto se enteró del asunto, pero que debían «moverse con precaución y rapidez al mismo tiempo».

Solo tres fabricantes

«La Casa Blanca (...) está considerando todo tipo de opciones para ayudar a los padres, lo cual es bueno», dijo a la AFP Amanda Starbuck, directora de investigación en el grupo Food & Water Watch, una ONG de seguridad alimentaria.
Señaló que la crisis era indicativo de un problema con la extrema concentración a lo largo de la cadena de producción de alimentos.
Tres compañías estadounidenses controlan el 95% de las ventas de leche en polvo, según Starbuck.
«Importa un poco menos si (...) si hablamos de sodas o papas fritas. Pero importa demasiado cuando hablamos de cosas esenciales como la leche», dijo.
La situación actual es el resultado de un movimiento de décadas. La concentración ha beneficiado a las compañías estadounidenses que, en ausencia de competidores, lograron acordar los precios entre ellos, explicó Starbuck.
«Pero la culpa no es completamente de estas compañías (...) ¿Por qué nuestro gobierno permitió que (...) solo tres compañías controlaran tanto?», se preguntó.
Además, el tamaño gigante de las compañías tampoco las hace más eficientes.
«No es eficiente cuando hay un solo retiro (del producto) que afecta a todos los padres en todo el país que necesitan alimentar a sus hijos», indicó.
Starbuck consideró que es hora de dar marcha atrás, incluso si eso significa desmantelar a estas grandes corporaciones.
«Lo que tenemos que hacer ahora es aprobar una amplia legislación antimonopolio para controlar mejor a las empresas, para desmantelar las empresas que se han hecho tan grandes que están abusando de su poder en el mercado», opinó.
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