Fundado en 1910

29 de abril de 2024

Plaza situada en el barcelonés barrio de Gracia

Plaza situada en el barcelonés barrio de GraciaFlickr

Cataluña

Las calles de los santos que han logrado unir a PP y a Junts

Los populares habían presentado una propuesta para modificar el sistema para cambiar el nombre de calles y plazas en Barcelona

«Hay cosas que tienen sentido común». Así se refiere el concejal del PP Víctor Martí a esta extraña coincidencia: que Partido Popular, Junts y también Vox hayan unido sus votos, para apoyar una propuesta de los populares en la que se pedía modificar el sistema para cambiar el nombre de las calles y las plazas de Barcelona. Se pretendía que la oposición también pudiera estar presente en la ponencia del nomenclátor. Finalmente, la propuesta no ha prosperado tras el rechazo de PSC, ERC y los comunes.
¿Y cuál fue el detonante? El gran rechazo vecinal, en Ciutat Vella y también en Gracia, a la decisión del Ayuntamiento de Barcelona de cambiar calles de estos barrios con nombres de santos: San Rafael, Santa Ágata, Santa Rosa y Santa Magdalena. No son calles cualquiera, porque mantenían este nombre desde hacía más de 150 años. Pero a partir de ahora, se llamarán Magdalena E. Blanc, Ágata Badia Puig-rodon y Rosa Puig- rodon Pla. La calle San Rafael pasará a llamarse Maria Casas Mira.
Lo que pedía el Partido Popular era que la oposición también pudiera participar en la comisión en la que se decide el cambio de nombre. Actualmente, está un concejal del equipo de gobierno, que es quien la preside, y otros «supuestos» expertos, en palabras de Víctor Martí, concejal del PP en Barcelona. «Lo que queríamos es que el resto de grupos están allí representados, y no necesariamente por políticos, sino con historiadores, por ejemplo», decía a El Debate.
Martí ha recordado la «fijación» que tenía el anterior ejecutivo municipal, con Ada Colau al frente, con la monarquía y también con religiosos. Pensaban que con los socialistas sería diferente, «pero no ha sido así», lamenta el concejal popular, a quien también ha sorprendido que comunes y ERC, que ahora están en la oposición, hayan decidido «autoexcluirse».
Pero más allá del ámbito político, Víctor Martí ha señalado el «sectarismo» y el intento de «dar carpetazo a cientos de años de historia». Estas calles eran centenarias, pero «de la noche a la mañana se ha decidido cambiar el nombre», con lo que ello también conlleva para los vecinos y los comercios, incluido el aspecto económico y jurídico, al tener que cambiar el nombre de las calles.

Una decisión «sin sentido»

Unos vecinos que tampoco han dudado en criticar la decisión del Ayuntamiento. Es el caso de Josep Maria, que asegura que ellos están más preocupados por otras cuestiones, como la seguridad, la limpieza o que haya trabajo para los ciudadanos. Y también ha sido duro con el ejecutivo municipal porque la decisión va en contra de la tradición: «estas personas que deciden caprichosamente estos cambios, o son ignorantes, o son sectarios y cortos de miras. La tradición de Barcelona es cristiana, guste o no, e independientemente de la práctica religiosa. Es un tema cultural. Y no podemos permitir que los que mandan, renuncien a nuestra cultura y a nuestras raíces», se quejaba.
Y los comentarios de otros vecinos van en la misma línea. «¿Qué necesidad había? Estas calles llevan muchos años llamándose así. Es dinero que se va a tirar», decía Pere. O María, que recomendaba a los políticos «leerse la historia» antes de tomar una decisión «que no tiene sentido». O Mercè, que aseguraba que después de toda una vida no iba a acordarse de los nuevos nombres, acostumbrada «a bajar a Santa Rosa o a Santa Águeda».
Y en Ciutat Vella también hay malestar por otro cambio de nombre. Los protagonistas son los vecinos de la calle Duc, que antes era la del Duque de la Victoria, y que pronto pasará a llamarse Josefa Vilaret, protagonista de una protesta por el incremento del pan en el siglo XVIII. El problema, en este caso, es que todos estos cambios se han producido en un margen de tiempo de menos de 20 años. Y por este motivo, los vecinos han advertido que, si finalmente el cambio de nombre se lleva a cabo, retirarán las placas con el nuevo nomenclátor.
El Ayuntamiento justifica en muchas ocasiones el cambio de nombre para que las mujeres tengan una mayor representación, pero como recuerda Josep Maria, Santa Ágata, por ejemplo, «es la patrona de las mujeres, sí, las mismas que dicen defender los partidos de izquierda». El concejal del PP, Víctor Martí, apostilla, además, que siempre se hace «a costa del ámbito monárquico o religioso». De hecho, la plaza Juan Carlos I se llama ahora de Cinc d’Oros; la Avenida de Borbón es la dels Quinze, o la Avenida del Príncipe de Asturias se llama Riera de Cassoles.

Temas

Comentarios
tracking