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03 de mayo de 2024

Ilustración: Aborto legislacion

Liberales, socialdemócratas e izquierda luchan por la inclusión del aborto en la CartaPaula Andrade

Amenaza al derecho a la vida

El Parlamento Europeo votará el jueves la inclusión del aborto como «derecho fundamental» de la UE

Las instituciones comunitarias se doblegan a la cultura de la muerte y los diferentes partidos tendrán que mostrar su postura en la antesala de unas elecciones europeas

Tras la inclusión del aborto como un «derecho» en la constitución francesa el pasado mes de marzo, el presidente de la República, el liberal Emmanuel Macron, presionó a la Unión Europea para que esta práctica antinatura se incluyera también en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. En el país vecino la medida contó con el apoyo de todos los grupos galos, incluidos los conservadores y el partido de Marine Le Pen, y es que solo 30 parlamentarios de los 500 que forman la Asamblea Nacional votaron en contra de esta medida.
Las presiones para introducir la cultura de la muerte en el seno de las instituciones europeas ha funcionado, y el pasado 14 de marzo ya se debatió en el parlamento situado en Estrasburgo gracias a los votos de liberales, socialdemócratas e izquierda.
Es un tema que divide a la sociedad. Mientras que algunos países de la UE han legalizado el aborto y lo consideran un derecho fundamental de las mujeres, otros lo ven como un tema moralmente delicado y se oponen firmemente a su inclusión en la legislación europea, pidiendo libertad para cada país de decidir sobre esta materia.
En la moción de resolución que será votada el próximo jueves en el Parlamento Europeo se expone que el acceso a la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SSR), incluida la atención al aborto segura y legal, «constituye un derecho fundamental; considerando que el cumplimiento de los SSR es esencial para mantener la dignidad humana y está intrínsecamente vinculado a la lucha contra la violencia sexual y de género, y al logro de la igualdad de género y una amplia gama de otros derechos humanos como el derecho a la vida, la salud, la privacidad, la seguridad de la persona, la no discriminación, la igualdad ante la ley y la libertad de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes».
En ese documento se argumenta la inclusión del aborto en la a Carta con otras lindezas como que los países con leyes sobre el aborto menos restrictivas generalmente «tienen tasas de aborto más bajas que los países con leyes sobre el aborto altamente restrictivas» y señala directamente a Estados Unidos, Polonia, Hungría y Malta como ejemplo de «retroceso de los derechos al aborto».
También se apostilla que las mujeres y los miembros de la comunidad LGBTIQ+ «todavía enfrentan obstáculos para disfrutar de su autonomía corporal» y que los movimientos «anti-género y anti-derechos están atacando específicamente los derechos sexuales y reproductivos y la autonomía de las mujeres».

El Consejo y la Comisión, a favor

Tanto los representantes del Consejo como de la Comisión Europea se han mostrado a favor de la inclusión del aborto en la Carta siguiendo presiones de Francia. En el debate de marzo, argumentaron a favor de este añadido en documento de la UE haciendo hincapié en la importancia de garantizar «los derechos reproductivos de las mujeres como parte integral de los derechos humanos» y sonando la voz de alarma ante el retroceso que otros países estaban experimentando en esta materia.
Aunque la mayor parte de voces del Partido Popular Europeo (PPE) cree que Europa debería estar apostando por la cultura de la vida, también hay europarlamentarios de este partido que se suman a la ola proabortista. Uno de los mayores azotes de este partido contra su inclusión es Isabel Benjumea, que califica esta práctica como un fracaso y que, más que un derecho, se está hablando de una imposición ideológica para introducir la cultura de la muerte en todos los estados de la UE.
Esto es, asimismo, un exceso de injerencia por parte de la Unión Europea en asuntos que deberían ser competencia de los Estados miembros. Otra voz española que supone una firme defensa de la vida es la de Margarita de la Pisa (European Conservatists and Reformists), que argumentó que el derecho al aborto no debería considerarse un derecho fundamental, ya que entra en conflicto con el derecho a la vida del feto no nacido. Destacó además la importancia de promover alternativas al aborto, como el apoyo a las mujeres embarazadas en situaciones de vulnerabilidad y el derecho de los niños a tener su familia.

Postura de todos los partidos

En cualquier caso, la votación está ya fijada y, por tanto, los diferentes partidos del arco parlamentario europeo deberán darle la vuelta a sus cartas y posicionarse sobre si se debe introducir el aborto en la Carta. Esto ocurre precisamente en la antesala de unas elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán el próximo 9 de junio, por lo que la postura de unos y otros podría hacer variar votos de un lado a otro.
Aun así, esta inclusión es técnicamente es algo imposible debido a que no es una competencia europea y exige para su modificación la unanimidad de los estados miembros. Esto complica el asunto para los proabortistas, ya que en la UE hay países que continúan ostentando una firme defensa de la vida, como es el caso de Malta, donde esta práctica está prohibida en cualquier circunstancia.
Asimismo en Polonia solo está permitido cuando la vida o la salud de la mujer está en riesgo y otros países como la Hungría de Viktor Orbán o la Italia de Giorgia Meloni no parece que estén muy dispuestas a votar a favor de este cambio.
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